Capitulo 8: Recuerdalo, eres mia.

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Me quedo petrificada en mi lugar, no sabia si habia dicho eso o eran efectos del alcohol en mi organismo. Pero prefiero no saberlo porque esas palabras me habian llegado al fondo de mi ser deseando que fueran de verdad pero a la vez dejandome con miedo.

Esas palabras hicieron erizar a mi piel y que un escalofrío recorriera mi cuerpo de pies a cabeza. Había hecho a mi corazón agitarse como si estuviera corriendo un maratón. Había hecho que me quedase muda de golpe.

- Has dicho que soy tuya? - pregunto sorprendida, por fin las palabras salian de mi boca.

- Si. - se acerca a mi y me coge de la cintura. Siento sus manos en mi cintura y su aliento en mi oído. - Sabes que eres mía, princesa. - su aliento y el sonido de su grave voz susurrandome casi me hace desfallecer.

- No soy un objeto. - digo con menos firmeza de la que pensaba.

- Yo no he dicho eso. - responde. - Va vamos. - me lleva al coche y me deja en el asiento de copiloto, me pone el cinturón. Cierra la puerta y veo como se dirije al asiento del piloto.

Me había quedado muda, entre que mis sentidos no estaban al cien por cien y lo que me había dicho, no sabia que decir.

- Te has quedado muda?- pregunta con su tipica sonrisa socarrona.

Me mira de reojo y asiento. Este gesto causa su risa. Su harmoniosa risa.

Me sentía mal, no solo por el alcohol que había consumido, me sentía mal conmigo misma. Me sentía mal porque el me causase los sentimientos que me causa, me sentía mal porque fuese como fuese siempre me conseguia.

Me daba igual su bipolaridad y la mía. Un momento lo amo y al otro lo odio. No quiero que este conmigo, que me hable pero al segundo quiero sentir sus labios sobre los míos. Odio todo de el. Amo todo de el.

Me sentía imbécil por sentirme cayendo en sus brazos, cayendo a sus pies. Perdida por el. Se que esconde un pasado, se que tiene problemas pero quiero estar ahí. Ahí para ayudarle. Pero a la vez quiero alejarme, correr lejos de el. Huir. Pero no puedo. Algo en sus ojos me atrapaba y me pedía ayuda, pero también me decía que me alejase. No podía con esto. Era mas grande que yo.

- Princesa hemos llegado. - me encontraba medio dormida. Voy a abrir la puerta. - Espera. - apaga el motor y sale del coche. Me coge en brazos, atrapandome desprevenida. Pego un ahogado grito.

- Dame las llaves. - me pide. Tenia los ojos cerrados tenia sueño, mucho.

- Nose donde están. En...debajo... Debajo del jarrón de la entrada hay unas de repuesto...- tenia sueño. El sueño me llamaba.

- Vale. - siento como se mueve. Se agacha y levanta. Abre la puerta. - Cual es tu habitación? - su ronca voz me hace acercarme mas a el.

- Arriba a la derecha. La puerta está abierta. - siento como subimos escaleras y al minuto siento la comodidad de mi cama debajo de mi cuerpo medio dormido y algo borracho.

- Buenas noches, princesa. - siento sus labios en mi frente y como me tapa después de quitarme la ropa y los zapatos.

En ese momento me daba igual encontrarme desnuda en frente de el.

- Quedate, porfavor.- musito con los ojos cerrados.

- Segura?

- Si, ven. - siento como se mueve un poco y entra en la cama. Me acerco a su calor y siento su pecho al aire. Me abraza.

Antes de caer en un sueño profundo siento como susurra algo.

- Recuerda, eres mía. - después de eso caigo atontada a los brazos de morfeo.

Espero que os guste
No os podéis quejar que no subo capítulos hahaha
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Graciaas

Mi BoxeadorWhere stories live. Discover now