Capítulo 92

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Tenía hambre así que aproveché y fui a la cocina para comer un emparedado.

Bajé las escaleras en boxers y después de prepararlo me senté en el sofá.

Esta casa...

Necesita defensas.

Lo he pensado pero en caso de que mi identidad como Deathstroke y Taurus se haga pública los enemigos que hice en el camino atacarán este lugar y si madre no abandonará la casa donde me crió solo por que yo se lo digo.

Tal vez una base en el subsuelo y varias armas y defensas de respuesta rápida en caso de ataque.

Estoy inseguro sobre poner un módulo de autodestrucción pues es la manera más cliché de que jodan mis planes pero a la vez es una carta útil...

Encendí en televisor, Jess tardaría una hora en despertar así que tengo puedo relajarme un poco.

Me gustaba estar en mi aspecto común, llámame raro pero para alguien que puede alterar su fisionomía nuestra forma original es caso sagrado.

Como el color natural del cabello.

Vi un episodio de Los Simpson antes de escuchar ruido proveniente de arriba, iba a verla pero un mensaje me distrajo.

[No hagas planes para mañana, ven al Empire y di tu nombre en la recepción.
-Lydia]

Si, esa mujer parece necesitar atención...

Pero si ni Jess podía conmigo dudo que ella sea capaz de resistir mucho ahora.

Bloqueo la pantalla de mi teléfono cuando mi sentido arácnido se activó y vi a Jess llegar al sofá.

Solo llevaba su tanga y una camiseta mía bastante holgada.

-¿Qué estabas viendo?-Le sonreí con orgullo al notar su cojeo al caminar.

-Me llegó un mensaje, mañana será un día duro.-Ella se encogió de hombros y apenas estuvo cerca se derribó sobre mi y se acomodó.

Se quedó en silencio mientras me abrazaba y olía su tristeza, sus hormonas de adolescente solo empeoraban la sensación.

-Puedo oler que estás triste...-Acaricié su abdomen con suavidad mientras ella me miraba confundida.

-¿Hueles mi tristeza?-Noté que quería cambiar de tema burlándose.

Bueno, si no quiere hablar...

-Por estúpido que suene ahora puedo. Es como los perros que huelen tus hormonas y saben tu estado de ánimo.-Ella no parecía creerme.

-Por eso sé que ahora estás triste.-Le dije mientras acariciaba sus caderas sobre mi.

-Ya no me gusta tanto que tengas poderes.-Jess dio un bufido antes de esconder su rostro.

Acaricié su cabeza con suavidad y jugué con su cabello.

-Sé que fingiste la segunda vez...-Jess se veía desanimada y su voz sonaba extraña.

No lo negué, la verdad es que la única razón por la que Jess finalmente se rindió fue porque fingí mi segundo orgasmo.

-Hey eso no es lo importante...-Quería consolarla pero acepto que la primera frase que dije fue una estupidez.

-¡No digas tonterías! Se supone que soy tu novia y deberías ser tú quien muera por mi.-Jess me reprochó moviéndose sobre mi.

-¡¿Donde lees esas estupideces?! No soy un M para que vayamos allí.-Queria aliviar el ambiente y funcionó pues vi a Jess sonreír.

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