Terminemos [°kookmin°]

SIDE STORY JUNGKOOK 6.

Después de aquello, jungkook se sumergió en su mundo.

Tomó distancia de su grupo de amigos e ignoró sus mensajes. En el fondo nada se había arreglado entre ellos.

Había oído que Jimin solícito el cambio de universidad para irse a Busan, se alegró un poco sabiendo que allí no estaría solo pues sus padres estaban ahí.

La primera semana en que vió a los chicos desde lejos notó diferente el ambiente. Todos estaban disfrutando demasiado en el estar juntos y no los culpó, estaban tratando de ser felices en el poco tiempo que les quedaba con Jimin, tal vez ni siquiera querían pensar en su partida. No quiso interferir por lo que tomó distancia.

En la segunda semana dejó de mirarlos a lo lejos y decidió perderse y enfocarse en lo suyo, estudió para aprobar exámenes y así fue, pero no sintió alegría al ver su excelente calificación, al día siguiente mientras caminaba por la calle con sus pensamientos por las nubes algo llamó su atención; paró frente a una tienda, notando a un chico beber y beber totalmente borracho.

Lo miró fijamente durante un minuto.

Hace mucho tiempo no bebía, ni siquiera por diversión. Hace mucho tiempo que no tenía diversión alguna, de hecho. Los chicos le habian texteado hace un par de días y acercado, pero decidió evadir esos momentos con excusas y dejar el visto a sus mensajes.

Ya no encajaba con ellos, ni con nada en particular. Era una pieza perdida.

Observó al chico beber y beber como si no hubiese un mañana.

Quizas...quizas eso necesitaba el para poder sentirse bien.

Para olvidar por un momento el dolor de su corazón.

Para olvidar que se sentía miserable.

Para no sentirse malditamente solo.

Porque a pesar de que su vida continuaba, era tan infeliz. Tan desgraciado, que se odiaba todas las noches, que se sentía vacío, que lloraba, que no dormía pensando, que sufría y que estaba tan solo...

A jungkook se le llenaron los ojos de lágrimas. Ya nada importaba.

Y aquella noche, jungkook entró a la tienda.

En la tercera semana, jungkook iba todos los dias, cada noche, a comprar botellas de soju, comía, dormía, estudiaba y hacía todo solo. De vez en cuando llamaba a su madre, y evadía sus preguntas sobre Jimin exitosamente.

Esa noche en particular mientras caminaba de vuelta a su departamento con la bolsa en sus manos, subió hasta su piso y cuando levantó la mirada del suelo para entrar a su departamento se encontró con seokjin fuera de este esperando.

Jungkook frenó, ¿que hacía ahí a esas horas?

—Hola jungkook.—saludó. Jeon le devolvió el saludo.

Parpadeando, el castaño avanzó para poder abrir la puerta.

—¿Por qué nos ignoras?—soltó de golpe el pelinegro.

Jungkook se congeló con la mano puesta en el sensor de la puerta. ¿Por qué?

¿Por qué?

Ignoró la pregunta, escribiendo la contraseña para entrar a casa. Abrió la puerta pero un brazo le impidió entrar.

—Jungkook, necesitamos hablar.

Este suspiró, y volteó a verlo. A seokjin le causó tristeza ver lo apagado que estaban los ojos del castaño y lo pálido que lucía.

—Ustedes están mejor sin mi.—murmuró sin cambiar de expresión.

Seokjin se apartó, frunciendo el ceño.