Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ₃₃﹕ Dᴇsᴄᴏɴғɪᴀɴᴢᴀ ʏ sᴏʟᴜᴄɪᴏ́ɴ

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Eran mediados de julio en una mañana algo tranquila dentro de las puertas de Gridmauld Place. La familia black disfrutaba de un tranquilo desayuno, o bueno exceptuando a la Lady de la familia.

La black se encontraba en su estudio desde la noche anterior, sobre su escritorio cientos de papeles, varias tazas de Café y un dormida Alya.

La mujer se quedó hasta altas horas de la noche en su estudio haciendo lo que hace desde hace un año en verano antes de iniciar cursos, encontrar un maestro de pociones. Desde el fraude de Lockhart se prometió a si mismo no volver a confiar en la junta para elegir un maestro.

Tres toques en la puerta hicieron que la black gimiera en molestia por haber sido interrumpida de su corto sueño. La mujer se levantó con molestia tomando su varita en sus manos y lanzando varios hechizos en ella misma para no parecer una chimpancé.

Ahora la Black estaba vestida con una sudadera de tela gruesa de color negro, una camiseta de baseball del equipo de NY varias tallas más grande que las suyas debido a que era de su novio Anthony. Su cabello negro recogido en una cola alta por una goma negra.

La black abrió la puerta de su estudio topandose con su hijo Harry. El chico lo que lleva del verano le a favorecido, a una semana de cumplir 13 el niño a crecido mucho, ahora mide alrededor de 1.73 Cm, gracias a que nunca a dejado la costumbre de hacer ejercicio ahora tiene hombros anchos, abdomen marcado al igual que sus brazos y un poco de musculatura.

Su cabello azabache estaba hasta los hombros y la parte superior de su cabello atado en una coleta dejando un mechón de cabello caer por su frente, su rostro perdiendo el tono infantil de niño ahora tomando uno más maduro, su mirada dejo la inocencia atrás tomando una más pícara, divertida y coqueta.

Sin duda alguna su hijo sería el foco de atención de muchas femeninas en Hogwarts y si se parece a su padre será un rompe corazones de primera.

–Hola madre – dijo el azabache, su voz se notaba más grave dejando atrás su tono de niño pero tampoco teniendo la muy exagerada – como no bajabas supuse que te quedaste dormida, fui a tu habitación y no estabas así que supuse que estabas aquí. Te traje desayuno – dijo el niño haciéndose a un lado mientras agitaba su varita haciendo que una bandeja con platos repletos de desayuno entrarán a la habitación.

La black sonrió y se hizo a un lado dejando que aquello entrase para luego acercarse a su hijo y depositar un beso en su mejilla.

– ¿Te e dicho lo mucho que te amo? – pregunto con una sonrisa la black caminando hacia su escritorio para tomar el desayuno.

– a cada momento pero no me importa escucharlo nuevamente – dijo el azabache con un tono divertido en su voz para caminar hacia uno de los estantes de la habitación tomando un libro al azar y luego ir a sentarse en uno de los sillones de la habitación para leerlo.

–¿Aún no encuentras a nadie competente? – pregunto el chico sin despegar su vista del libro – Te sorprendería la cantidad de personas que rivalizarian con el conocimiento de un Trol en el área – le respondió su madre con molestia mientras leía un perfil de un maestro – o con un caracol – murmuró está arrugando el papel y tirándolo a un lado.

– Canuto dice que tal vez conozca a alguien – Murmuró el azabache mirando de reojo a su madre quien frunció el seño – De nuevo con lo mismo – gruñó la black soltando un suspiro.

– ¿Puedo preguntar por qué no el? – dijo el azabache dejando el libro a un lado para ver a su madre quien soltaba un suspiro.

– No se cuánta influencia tenga la cabra en el Harry, no quiero arriesgarme a tener un espía entre nosotros – dijo la black mirando a su hijo haciendo una mueca.

Lᴇɪᴅʏ Bʟᴀᴄᴋ, Lᴀ Rᴇɪɴᴀ Dᴇ Sʟʏᴛʜᴇʀɪɴ Where stories live. Discover now