Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ III: Nᴜᴇᴠᴀ Vɪᴅᴀ

10.3K 926 97
                                    

Era como cualquier día en Little whinging, surrey, Inglaterra. Era una mañana fresca, un poco soleada y con unas cuantas nubes en el cielo. Lentamente nos vamos hubicando a una calle de la localidad, más específicamente Privet Drive, donde en una de las casas del lugar habita una familia que aparenta ser muy normal, su apellido los Dursley, una familia un tanto peculiar. El hombre, un señor alto, gordo con escaso cuello, rubio de ojos azules y con un bigote horrible. La mujer, una señora alta, muy delgada a diferencia de su feo marido. Un cuello largo y útil para si actividad favorita, estar espiando a los vecinos sobre la cerca de su patio. Por último pero no menos importa está su hijo, Dudley Dursley. Un niño regordete igual a su padre, de cabello rubio y ojos azules.

La familia Dursley tenía un secreto, un secreto que protegían a toda costa, un secreto que no querían que nadie se entere por lo que tratan de aparentar ser la familia más normal del mundo pero sin saber que los hace muy raros. Ese secreto tiene nombre y apellido, Harry James Potter. Hijo de James Potter y Lily Potter, Evans de soltera. Lily era la hermana menor de Petunia Dursley, esposa de Vernom Dursley y madre del pequeño Dudley Dursley.

La familia Dursley se vio en la obligación de acoger al niño ya que al parecer los padres del mocoso como ellos lo llamaban constantemente murieron hace 5 años en la noche de Halloween. Los Potter, eran como lo llamaban los Dursley, unos anormales, fenómenos, mounstros. Entre otras cosas y sabían que muy pronto el engendro de ambos fenómenos seria igual a ellos, ya habian pasado cosas extrañas alrededor del niño, su cabello crecía siempre que la mujer se lo cortaba, las ropas viejas de su hijito Dudley aunque más grandes de lo que le gustaría admitir a la mujer, siempre le servían al niño encogiéndose un poco cuando se lo hacían poner.

Aquella mañana en el Número 4 de Privet Drive, la familia Dursley se levantaba para un cálido día de domingo. La matriarca de la familia bajo las escaleras de su casa para pararse frente a la puerta de la alacena empezando a golpearla con su puño fuertemente —¡¡DESPIERTA, QUIERO QUE PREPARES EL DESAYUNO!!— grito la mujer golpeando más fuerte. Al otro lado de la puerta un niño pequeño de 6 años empezaba abrir sus ojos verdes, muy adormilado el niño se incorpora en la cama buscando con su mano sus viejos anteojos en una pequeña tabla frente a su muy corta cama, el niño los toma y se los coloca, unos golpes más fuertes hacen sobresaltar al niño —¡¡¿ya estás despierto?!! ¡¡sal en este instante y prepara el desayuno!!— volvió a gritar la mujer histérica para empezar a caminar a paso firme hacia la sala, el niño abre la puerta empezando a caminar tras su tía frotando sus ojitos con su mano

Al llegar a la cocina el pequeño niño de seis años empieza a sacar cosas de la nevera que estaba en la cocina, como huevos, tocino, mantequilla. El niño con ayuda de un taurete para alcanzar el fogón y empresar a cocinar huevos y tocinos. Después de unos minutos un hombre alto y gordo ingresa a la cocina dándole un sonoro beso a su esposa en los labios para luego mirar al niño que cocina con disgusto —¡¡Eh!! Tu, prepararme un café y que esta vez no le heches sal envés de azúcar o te las verás conmigo mocoso— sentenció el hombre con molestia hacía el niño —Si tío Vernom— dijo suavemente el niño bajando del taurete y correrlo hasta un lado en el mesón de la cocina, se subió en el después de sacar un posillo de uno de los cajones de abajo. El niño toma la cafetera y sirve el café en el vaso, después destapa el azúcar y le vierte 3 cucharadas para después revolverlo, se baja con cuidado del taurete y camina hacia donde están sus tíos —Aqui tienes tío— dijo el niño dejando el posillo en la mesa, el hombre tomo el posillo y lo estaba llevando a su boca cuando un olor desagradable se filtra por sus fosas nasales aspirando dos veces para ver hacía el fogón dónde los huevos se estaban quemando —¡¡NIÑO TONTO, DEJASTE QUEMAR EL DESAYUNO!! ¡¡AHORA VERAS!!— Grito el mayor asustando al niño y más cuando vio que la mano del hombre se alzaba para luego impactar en su mejilla, el niño por el golpe cayó al suelo sosteniendo su pequeño rostro mientras lloraba, sus lentes cayeron al suelo rompiéndosen a la mitad.

Lᴇɪᴅʏ Bʟᴀᴄᴋ, Lᴀ Rᴇɪɴᴀ Dᴇ Sʟʏᴛʜᴇʀɪɴ Where stories live. Discover now