✧°•𝐿𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑖𝑡𝑎 𝑠𝑜𝑙𝑖𝑡𝑎𝑟𝑖𝑎•°✧ ✔︎

|~°Capítulo 08°~|

Los días pasaban y el chileno cada vez podía sentir que no le faltaba nada, con un poco de suerte, aún tenía memoria de aquel Prusiano y su hijo, pero esta era casi nula, la vida, al parecer, desde que apareció España y México le ayudaba a perder la memoria de su hermano, mientras que España, trataba de ser como Prusia, incluso mejor para que esté lo olvidara, lograndolo casi en su totalidad.

Los días se volvieron semanas, las semanas en meses y los meses en años, el chileno había cambiado bastante, al igual que el mexicano, estos ya no eran niños, oh...eso aparentaban, estos estaban ya en la altura de un adolescente, casi iguales a España, solo que un poco más rebeldes y desordenados, aún necesitaban a España, quieran o no.

— oe' ya po, ¿Cómo vas a volar si nisiquiera lo intentas?—dijo Chile con un tono burlesco.

— Esque tu no lo entiendes cabrón, ya casi se terminan éstas lecciones, pero no me enseñan como...ya sabes, volar en si.

— pff que wea deci'...si es fácil.

— Haber inténtalo tu.

Estos caminaron por los pasillos hasta llegar a la extensa escalera que los llevaba a la torre de vigilancia, al parecer, estaba vacía, ya que no se encontraba ningún soldado subiendo o bajando aquellos escalones.

— Justo como pensé, esta wea está más vacía, solo sirve pa' decoración.—dijo el chileno.

Estos subieron de carrera a la cúspide de la torre, en donde Chile fue el ganador... México llegó unos minutos después. La vista era preciosa, los prados de las colonias estaban intactas, a pesar de que ésta era solo la colonia de Nueva España, Chile se sentía en casa, a pesar que los territorios de su madre, aún este no lo conocía.

— we-...wey...ya no puedo más...ay virgencita...—dijo para desplomarse justo donde acaban las escaleras.

— No seai' exagerao'... ya anda, levanta la raja, aún no sabes por qué te traje aquí.—este ayudó al mexicano a pararse, este realmente no quería moverse de ahí.

— Ya entonces, ¿Por qué mierda me trajiste aquí? ¿Algo en especial...?

— Te traje a tomar aire Mex, y bueno, para que contemples tus futuras tierras, cuando nuestro viejo se canse de ti.

— A bueno...igual es bonito.

Se quedaron en silencio, contemplado el campo de flores y unos animales corriendo por las praderas.

— oe' ven para acá po'—dijo el chileno para darle una seña a México que se acercara al balcón.

— Ya, ya voy...

— La wea bonita, ¿No?

— Si...

— ...—el chileno se quedó completando el paisaje, antes de cometer su pendejada.

— Bien, quiero bajar—tomó al mexicano de los hombros.

— ¡WEY NO MAMES! acabamos de llegar...—este miró al chileno que lo tomaba de los hombros.

— ...

El silencio nuevamente se hizo presente.

— No te atreverías cabrón...

— ¿Tu creí?

— Sueltame...

— Ésto, es una ayudita Mex, después me lo agradecerás...

— Carnal no quiero...—este apenas pudo formar una oración, debido a que el chileno lo había lanzado al balcón.

— AJDIFKSKFK—reía el chileno casi ahogándose.