Capítulo 65: Dejarse llevar.

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Sabía que no me lo iba a poner nada fácil, y precisamente por eso llevaba recolectando sus momentos de buen humor como preciados tesoros que más tarde exhibiría en una exposición privada ante los visitantes más exigentes...

...pero no pude evitar que se me escapara un suspiro de agotamiento. Entendía que le preocupara la moto, y tenía todo el derecho del mundo a no querer acercarse a una en lo que le quedara de vida, pero ¿realmente era necesario todo esto? Tampoco era para tanto. Habíamos hecho cosas más arriesgadas antes (por ejemplo, follármela en un balcón, con mis manos siendo lo único que impedían que cayera al vacío), y a los dos nos había puesto como motos. ¿Por qué no podía, por una vez, ponerme las cosas fáciles?

Le había prometido que le enseñaría la isla entera, y el pueblo era sólo una diminuta parte de ésta. No esperaría en serio que nos pasáramos las vacaciones al completo metidos en un bus.

Además, por mucho que lo entendiera, me reventaba que me estuviera montando un pollo delante de Niki. Si bien sabía que a él le gustaba Sabrae, también sabía que era malo guardando secretos, y todos en la isla estaban deseando conocer los trapos sucios de la extranjera que yo había traído para que, a su modo de ver, ocupara el puesto de Perséfone. Ni siquiera la más educada de las princesas tendría posibilidades contra Pers, pero si encima Sabrae se cabreaba así...

No quería que pensaran mal de ella. No porque fueran a decirle algo o porque le importara algo lo que pensaran, sino porque no se lo merecía. De modo que di un paso hacia ella y, juntando las manos, le pedí:

-¿No podemos siquiera hablarlo?

-¿De qué quieres hablar, exactamente? ¿Del cabezazo que te debes de haber pegado esta noche para que creas que voy a dejar que te acerques a esa cosa endemoniada? ¡Porque dudo que hablarlo lo solucione!

-La moto es el mejor medio para movernos por...

-¡ME DA IGUAL!-bramó, inclinándose hacia delante para vomitar aquel grito como si fuera un rayo láser saliendo de su cuerpo para derrotar al villano. Joder.

No debía entrarle al trapo. Si le entraba al trapo, tendríamos una bronca muy gorda, y no nos lo podíamos permitir aquí. Podía sentir la mirada de Niki entre las sombras, escuchando con atención para desgranar todo lo que Sabrae me estaba chillando.

-Vale, Saab... a ver, entiendo que no te haga gracia, pero es la única manera que tenemos de movernos por la isla. Te prometí que te la enseñaría, y éste soy yo cumpliendo mi promesa. No tiene que haber ningún problema. Lo tengo todo bajo control.

O eso esperaba. Nunca me había pasado tanto tiempo sin conducir; esperaba que fuera como andar en bici y nunca se olvidara, aunque prefería no pensar en esa incómoda sensación en la parte baja del vientre, como si tuviera una piedra tirando de mis entrañas.

-¿¡Que no supone ningún problema!? ¡Alec, tuviste un accidente! ¡CASI TE MATAS! ¡ESTUVISTE EN COMA! ¡Te quitaron medio pulmón!

-Ni siquiera llega a un cuarto lo que me quitaron, no seas exagerada, Sab... bombón-me corregí, porque estaba notando la cadencia sarcástica en mi voz que bien podía hacernos caer por el precipicio.

-¡NI BOMBÓN NI HOSTIAS, ALEC! ¡ESTUVISTE EN COMA!

-¡Tuve mala suerte, eso es todo! No va a pasar nada. ¿Cuáles son las posibilidades de que pase algo ahora, la primera vez que vuelvo a subirme a una moto después de tanto tiempo?-me fulminó con la mirada, pero me pareció que se aplacaba un poco, porque tenía razón: la gente que sobrevive a accidentes de avión no deja de coger aviones, precisamente porque las probabilidades juegan a su favor: si están en un accidente y no les pasa nada, ¿cómo van a vivir dos?-. Tarde o temprano iba a volver a subirme a una moto, así que, ¿por qué no ahora que la necesitamos? Es el momento. Además, te pareció bien que arreglara la mía. Tenías que saber que en algún momento, esto pasaría, ¿no?

G u g u l e t h u (Sabrae III)Where stories live. Discover now