☾Capítulo 52☽

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—¿Te vas a ir? —inquiero mirando a Elián, quien está sentado a mi lado sobre su propio carro para hacer las compras. Ambos estamos comiendo galletas de chispas de chocolate que nos vendió el señor Pepe.

Elián está conmigo hace una hora, y saltó la pared que divide nuestras casas cuando me vio columpiándose sola y me propuso una idea loca.

Llevo mucho tiempo dándole vueltas a una cosa específica. Mañana voy a ir al instituto después de tomarme unos largos días "enferma" para no enfrentar mi realidad.

Y es que sí, soy un poco cobarde pero al menos tuve amigos que me apoyan en estos momentos.

Ni Elián ni Luz saben nada, pero fueron comprensivos y yo la verdad lo aprecio.

Elián me trae las tareas de algunas materias como historia, geografía, álgebra y demás y Luz me trae sus apuntes de las clases. Entonces estoy bien y presento las tareas al día, pero mi gripe ya debería de haberse curado hace unos días.

Elián pasó algunas tardes conmigo pero todo está bien.

Luz vino a hacer una pijamada, su primer pijamada en la vida y nos la pasamos hablando de personajes de Wattpad mientras comíamos helados.

Sobre Rocco y Estela, ya no sé nada. Cerré mis redes sociales por un tiempo mientras mi cabeza pensaba en qué hacer. Y lo más importante, es lo que va a ocurrir mañana en la noche, en la fiesta después del partido de primavera contra los Lobos.

Después de mucho pensarlo lo decidí.

Y me duela lo que me duela, tienen que caer.

—Tengo la entrevista con la universidad —me cuenta, observándome con sus ojos verdes y calmos mientras sonríe.

Si algo aprendí de Elián Rosenk todo este tiempo, es que ama las galletas con chispas de chocolates, y que su personalidad es vibrante y tranquila. Aunque a veces tiene sus momentos locos como cuando se le ocurrió meterse conmigo en la heladería o ahora mismo, cuando le pidió prestado dos carros de compras al señor Pepe, el anciano del minimercado e hicimos una carrera en el parking con una escoba cada uno.

Así que aquí estamos, en la tarde noche, en un día de semana mientras el cielo se vuelve cada vez más azul, aunque ahora, tiene un precioso tono anaranjado. Elián está en su propio carro de super mientras utiliza su escoba como remo y avanza, pero retrocede.

La gente que eventualmente ingresa en la tienda nos observa con curiosidad y se que parecemos dos locos haciendo remo en dos carritos del super, pero me vale.

—¿Te vas mañana en la noche? —inquiero pensando de igual modo que es día de semana.

¿Quién en su sano juicio hace fiesta un día de semana?

Siento un poco raro al saber que se va. Lo voy a extrañar más de lo que me gustaría admitir pero me alegro por él, y que irá a una entrevista en la universidad a la que piensa asistir y eso me hace pensar en lo rápido que pasa el tiempo.

En que ya dejamos atrás el invierno y la primavera se empieza a sentir. Ya quedan atrás los días de buzos y empiezan los de andar en remera. La gente sale más a la calle y ya casi termino el instituto.

Yo también estuve buscando universidad, de hecho, también me replanteé lo que quiero hacer con mi vida. Así que voy a decir que a partir de este momento, voy a ir donde tenga que ir y ya, sin muchas vueltas. Confiando en el destino y sin ataduras, ni miedos.

Observo a Elián, quien deja su caja de galletas a un lado y se limpia las manos. Viste una remera roja y un pantalón de jean, mientras que yo visto unos legins negros y una remera blanca lo suficientemente grande como para tapar mi trasero.

Malas IntencionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora