Diez

112 16 44
                                    

Siento tanto calor en este momento que ni dando vueltas sobre la cama puedo librarme de el, sintiéndome cansado pero despierto al mismo tiempo ahora que abro mis ojos, viendo todo cuanto hay a mi alrededor.

Fijándome atentamente en todo, despertándome así por completo, intento explicarme a mi mismo porque estoy en la habitación de la casa de mi primo en lugar de en mi apartamento, con mi cuerpo cubierto por la sábana y la manta de la misma.

Incorporándome alargo mi brazo hasta la mesita de noche, encendiendo así la luz de la lámpara que sobre la misma descansa. También cojo mi móvil dándome cuenta que en unos minutos serán las nueve de la noche. No comprendo bien como es posible que esté aquí si parece que hace tan solo unos minutos estaba en mi apartamento con Hyunwoo recogiendo mis cosas para traerlas aquí.

— Has despertado al fin.

Apartando mi atención de ningún punto concreto veo como mi primo entra, sentándose frente a mi con cuidado, con el mismo que se cruza de piernas, sentándose sobre estas de forma que puedo ver de mejor forma su enorme barriga de seis meses en la que su pequeño descansa seguro de todo.

— Te ha traído Hyunwoo hace unas horas —me explica —a mi también me sorprendió que estuvieses profundamente dormido y no he querido preguntar, pero Jooheon no lo ha podido evitar y casi se pelean porque creía que te había pasado algo malo. ¿Estás bien?

— Supongo que estaba cansado por no haber dormido bien anoche y el encuentro con mis padres —admito aunque no muy seguro —no me sentía cansado en parte, pero puede ser que haya sido así y lamento que me haya tenido que traer cargándome en brazos. También que Jooheon se haya enfadado. No sabia que se preocuparía por mi.

— Jooheon no es malo, no tienes que temerle ni pensar que no le importar —pellizca mi mejilla —se preocupa por todo. Incluso si te escucha estornudar vendrá corriendo y te obligará a descansar. Desde que le conozco siempre ha sido así y la verdad es que no quiero que cambie nunca.

— Se que tus padres no le aceptan —digo algo inseguro —que tu prometido y yo no nos llevemos como si fuésemos amigos de siempre no quiere decir nada. No entiendo como tus padres no le dan una oportunidad, menos aún sabiendo que serán abuelos en unos meses.

— No saben que serán abuelos —miro a mi primo —para mis padres ya sabes que es muy importante llegar virgen al matrimonio y a pesar de que tengo veintisiete años tienen la esperanza de que así sea. Si vienen a la boda, para la cual tendrán invitación por supuesto, se que se sentirán decepcionados porque no haya mantenido esa norma, pero no tenia porque hacerlo. Me enamoré de Jooheon y no me arrepiento de nada de cuanto hemos hecho juntos, así como tampoco de tener a este bebe. Quiero a mis dos abejitas y no voy a permitir que me alejen de ellos. ¿Con tus padres ha ido todo bien?

Asintiendo rompo la distancia que queda entre Min y mi propia persona, acogiéndole entre mis brazos, fundiéndome en un cuidadoso abrazo que poco dura al ver a su prometido entrar en mi habitación, dejando un beso en la cabeza de mi primo antes de dedicarme una mirada que lo dice todo sin necesidad de ser usadas palabras.

— Me da igual si los padres de Min no me aceptan —empieza a decir —di todo por mi parte para conocerles y pedirle la mano de mi amor y fui rechazado sin siquiera recibir una oportunidad de que me conozcan y sepan cuanto amo a este hombre de aquí, quien además es el padre de mi hijo. Lo que no permito es que le alteres porque decidas ausentarte sin avisar siquiera Kihyun. Casi le tengo que llevar a urgencias pensando que algo malo le pasaba a Min y nuestro hijo. No vuelvas a actuar de esa forma.

— ¿Por qué no te quedaste en el ejercito? —le pico con una sonrisa —eres un gruñón. Espero que mi pequeño sobrino sea un niño adorable y salga a Min, no al gruñón de su padre.

Get my number * ShowkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora