LIU YAO: La revitalizacion de la secta fuyao 六爻

Capitulo 44

Volumen II La busqueda de exploracion

Sólo entonces se dio cuenta de que lo que había dicho sobre "volver a la montaña Fuyao y refugiarse del mundo sin buscar ser escuchados" era claramente un sueño de primavera y otnoño en su ignorancia de los asuntos del mundo. 

Alerta

Por desgracia, los profundos sentimientos y los enredos en el corazón del líder Yan son desconocidos para Cheng Qian.

Ya que en este momento, el estaba obstinadamente impasible, puesto que en su equipo tiene casi tres de las cuatro palabras del dicho ''viejo, joven, enfermo y discapacitado''. Cheng Qian no era realmente una persona de gran corazón, así que ¿cómo podría estar su corazón completamente tranquilo?

Sólo se había encontrado con el señor de la isla unas pocas veces, y cabe recordar que Cheng Qian era una persona desconfiada, por lo que no podía confiar en el señor de la isla en absoluto. Y en este momento ajustó su respiración mientras escuchaba los diversos movimientos de su alrededor. Será mejor que nos mezclemos con los cultivadores sin sectas de la isla Qinglong: en general son una bola de chusmas buenos para nada, así que quizá no llamemos la atención de estos grandes maestros, y podremos aprovechar el caos para salir de este lugar." Entonces siguió pensando: "Si no lo logramos......, entonces tendré que luchar, y he de morir aquí, pero si es así, me aseguraré de defenderlos por un momento más".

Y después de pensar durante unos momentos, la esencia de su núcleo que había estado estancada en su cuerpo fue lentamente suavizada.

En medio del miedo de la gente, el señor de la isla finalmente abrió la boca y explicó: "Hace más de diez años, luché con algunos amigos taoístas contra un gran demonio y mi alma quedó dañada, por lo que todavía estoy recluido para curar mis heridas.

Bai ji dijo: "En ese caso, ¿el señor de la Isla Gu no tiene intención de mirarse en este espejo de la justicia?"

El señor de la isla lo miró con indiferencia, una mirada muy cansada parpadeó en su rostro, y suspiró: "Si quieres inculparme de un crimen, lo haras sin importar que, aunque sea con una acusación tan ridícula - Maestro del Palacio Bai, lo creas o no, Gu nunca ha visto a tu nieto, y nunca ha habido ninguna lámpara devoradora de almas en mis manos, en cuanto al cultivador demoniaco..."

Hizo una mueca baja, con una ligera burla, como si no quisiera acompañar esta farsa.

Zhou Hanzheng arqueo levemente las cejas y se golpeó las manos con su abanico mientras decía '' Al menos yo seré justo con mis palabras, es absurdo decir que personas como el señor de la isla pueden ser cultivadores demoníacos que siguen un camino fantasmal. De los cuatro santos, uno murió y los otros tres restantes resultaron heridos en la gran batalla de hace decenas de años, que fue muy trágica y ocurrió de verdad. Además de que ya ha explicado la razón del porque ha estado cultivando en reclusión. Entonces no creo que sea necesario utilizar este espejo del alma, pero yo le creo de todos modos".

Mientras Zhou Han Zheng decía esto, retiró el espejo con un apretón de sus cinco dedos, dejando a Bai Ji, que acababa de forzar al señor de la isla, solo allí, ¡como si realmente fuera un hombre justo que defendía lo que era correcto!

Bai Ji estaba tan avergonzado que su cara enrojeció, cuando escuchó que alguien se mofaba detrás de él: "Me temo que ese viejo Bai está buscando a su nieto porque su vida se está acabando, pero realmente quiere ascender por cualquier medio, ¿verdad?"

Bai Ji se enfureció y dijo: "¿Quién dijo eso? ¡Muéstrate!"

Un grupo de personas surgió de entre la multitud, liderado por un hombre de mediana edad con un rostro frío y una mirada de "no hay que meterse conmigo", como si estuviera mirando un montón de mierda de diferentes formas y tamaños. Finalmente su mirada se posó sobre el señor de la isla Qinglong ''Soy Tang Yao, y hace más de cien años el discípulo principal de mi secta se desapareció, su nombre es Tang Zai, y recientemente he tenido noticias de él estando en estas tierra, así que he venido a hacerle una visita, pero no he podido mostrar mis respetos antes al señor de la isla, así que espero que me disculpe."