4.Cenas Incómodas y Nuevas Amistades

25.1K 1.5K 487
                                    

En unas horas será la cena en casa de los Anderson. No entiendo por qué estoy tan nerviosa, seguramente Jason ni me mirará y si lo hace solo me pondré nerviosa, la cagaré de alguna manera tonta como solo yo sé hacer y se burlará.

Luego de un relajante baño, me visto con uno de los pocos vestidos que tengo, es negro, sin tirantes y llega hasta mis muslos. Odio los vestidos y mucho más si son cortos y ajustados, me hacen sentir incómoda.

Llevo el cabello suelto, pero más peinado de lo normal, la mayoría del tiempo solo me hago una cola y listo.

Mis respetos a las personas que se peinan.

Así que nos dirigimos a casa de nuestros vecinos listos para cenar.

Papá llegó hace unas horas, le extrañaba un montón. Él viaja incluso más que mamá, su trabajo realmente es cansado. Viajar a Francia suena muy emocionante, pero a veces preferiría que tuvieran un trabajo normal y en casa.

Aunque sé que nunca cambiarían su trabajo, porque lo adoran.

A penas mi padre llegó esta tarde Mike le contó sobre cómo Jason y yo dormimos juntos en mi habitación ayer y ahí se eliminó todo rastro de sonrisa que alguna vez hubo en su cara.

Ese maldito duende chismoso...

No pareció gustarle mucho la idea, papá es muy protector con respecto a los chicos.

Bueno... Llamamos a la puerta y nos recibe la señora Anderson, la madre de Jason y Dash.

ㅡOh, adelante. La cena está casi lista.

Pasamos a sentarnos en el salón y los adultos no paran de hablar sobre cosas de la empresa o del clima... Cosas aburridas. Así que me escapo de la charla subiendo a la habitación de Dash.

ㅡYa estamos aquíㅡanuncio mientras me adentro en la habitación de Dash.

Él está relajado tirado en la cama jugando videojuegos.

ㅡHola, Lexㅡme mira de arriba a bajoㅡ. Vaya, que formal vas, creo que es la segunda vez que te veo en vestido desde hace más de cuatro años.

Es cierto, la primera vez que usé vestido fue en mi cumpleaños número diez. Mi madre me obligó a disfrazarme de princesa, era un vestido muy lindo, no lo niego. Pero en aquel entonces me importaba más la comodidad, y apenas podía caminar con todos esos vuelos y lazos. Así que dejé que Dash me lanzara salsa de tomate encima. Mi madre nunca pudo deshacerse de aquella mancha.

Me pasé dos meses oliendo como una botella andante de Ketchup.

Pero valió la pena.

ㅡBueno... es una cena, la gente suele vestirse así para las cenas ㅡhablé dejando a un lado mis pensamientosㅡ. ¿No crees?

ㅡNuestros padres son amigos desde la secundaria, estoy seguro que hay bastante confianzaㅡ responde quitándole importancia y haciéndome sentir algo ridícula con mi ropa.

ㅡ¡Chicos, la cena está lista! ㅡescuchamos la voz de la señora Anderson y bajamos a cenar.

Y ahí está Jason. Sentado tranquilamente en la mesa, con su ropa entre formal e informal, una camisa con los primeros botones sueltos, dejando entrever su hermosa piel y su tatuaje, su cabello perfectamente peinado y sus ojos enfocados en mí.

Sus estúpidas reglas ✅Where stories live. Discover now