CAPÍTULO 23

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Las primeras luces empezaron a aparecer fuera, arrastrándose por el suelo como sombras luminosas hasta donde Jax y Blue permanecían durmiendo. El muchacho fue el primero en despertarse al notar un peso en su hombro, y observar a la cobriza a su lado, sus cabellos desordenados esparciéndose sobre su hombro y el brazo de ella descansando despreocupadamente sobre su pecho.

No pudo más que sonreírse a sí mismo al ver su cara, relajada, tan cerca de él.

Sin pensarlo siquiera, acarició su mejilla retirando su pelo hacia un lado, provocando que un leve ronroneo saliese de la boca de Blue y abriese los ojos al encontrarse con los labios del moreno robándole la respiración encima de ella.

La chica respondió al beso con bastante rapidez pese a acabar de abrir los ojos, tomando el lateral su cuello y enterrando sus manos en la nuca del muchacho. Notaba como poco a poco una sensación de calidez comenzaba a embriagarla cuando el chico comenzó a bajar por su cuello y clavícula, retirando el tirante del hombro izquierdo en el proceso y depositando suaves mordiscos que hacían que si cuerpo se estremeciera y la piel se le erizase a su paso.

Cada vez aquella sensación se hacía más intensa en su bajo vientre y el beso no dejaba de aumentar de intensidad, las caricias se hacían más bruscas y la respiración cada vez se volvía más ahogada.

Hacía demasiado calor...

De un fluido movimiento, la cobriza empujó una de las piernas del chico, haciéndole perder el equilibrio y rodar sobre ella, invirtiendo las posiciones y acabando sentada a horcajadas ahora encima de él.

—Has hecho trampa...—se limitó a decir en un susurro—.

—He tenido un buen profesor.

Ambos respiraban de forma entrecortada cuando se decidieron a romper el beso para tomar aire, el moreno se incorporó aún con Blue encima, las manos se habían colado por la parte baja de su espalda y subían por ella acariciándola con lentitud. Sin apartar la vista, tomó los bordes del material de su camiseta y la sacó por la cabeza de la chica, dejando al descubierto su figura y el colgante que portaba en su cuello, su piel resplandecía pese a tenue luz que entraba por la puerta y era suave como la seda.

Blue repitió la misma acción con las prendas de la parte de arriba de Jax, acomodándose sobre él al tiempo que jadeos salían de sus bocas, los pulsos se elevaban cada vez más y la temperatura no dejaba de ascender entre ellos acompañando al movimiento de sus caderas.

El muchacho ascendió hasta alcanzar el cierre del sujetador y lo desprendió fácilmente liberando su espalda, la cual saboreó con sus hambrientas manos al mismo tiempo Blue atrapaba por última vez su boca y el toque de sus finas manos recorrían el cuerpo del moreno: su abdomen bien trabajado, su pecho, sus hombros, las costillas y finalmente...

Todo se hizo pedazos.

Jax la detuvo abruptamente, tomándola de las muñecas y alejándola de forma inmediata.

Ella no pronunció palabra pero su cara se veía sorprendida.

Jax se quedó en silencio un segundo y luego liberó sus manos para luego apoyar las suyas en el suelo, visiblemente molesto. Puede que no lo estuviera con ella, pero sí consigo mismo por no haber sido capaz de permitirle cruzar esa línea ni aún en aquellas circunstancias.

La chica tardó poco en comprender lo que había pasado. Y qué idiota había sido por su parte. Había estado tan absorta que ni siquiera había pensado en las cicatrices de su espalda hasta aquel momento ni en lo receloso que Jax siempre había sido con ellas.

—Perdona—dijo con un hilo de voz—No quería...

—Lo sé—murmuró aún con la respiración entrecortada, soltó una gran bocanada al aire y luego volvió a mirarla, algo incómodo—Deberíamos volver.

Aleación: Las ruinas del cobre  (Corregida y Editada)Where stories live. Discover now