CAPÍTULO 34

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"Jax confió en la persona que no debía. Y eso fue exactamente lo que nos arrojó al abismo. No permitas que eso pase de nuevo."

Blue despertó por la repentina luz blanca de una linterna en sus ojos. Aún tenía esa horrible sensación de presión en el pecho y se sentía extremadamente débil, tanto que, al intentar levantarse, la habitación comenzó a darle vueltas y Archie había tenido que sujetarla para evitar que cayera.

-No. No. No.- le recriminó el chico, luego ella se sujetó al borde de la camilla con fuerza y él le dio algo de espacio- Si quieres sentarte me parece bien, pero nada más.

Ella se agarró al borde de la camilla con toda la fuerza que logró reunir y esperó unos segundos, parpadeando varias veces a que sus sentidos volvieran a la normalidad.

-¿Mejor?

Asintió.

-¿Cuánto tiempo he...?

-¿Estado casi muerta? -inquirió, su voz se escuchaba airada-Casi un día entero. Estás estable, por ahora, pero necesitáis urgentemente dejar de tomar decisiones que obliguen a otros a atentar contra vuestras vidas.

Archie frotó sus ojos, dio una larga respiración, antes de pasar una mano por su pelo alborotado y volver a mirar a la cobriza. Se le veía exhausto. Ambos lo estaban.

-Perdóname, Blue. No quería hablarte así.

-Laurel-le corrigió, el chico la observó algo confuso-Me llamo Laurel. Y, lo entiendo, Arch. Lo entiendo perfectamente, no tienes que disculparte.

El chico se recostó en el borde de la camilla, justo a su lado y soltó un gran suspiro.

-¿Cómo está él?-murmuró la chica, todavía se notaba que le dolía el pecho respirar-¿Está despierto?

Archie tragó saliva, sin saber qué responder.

-Arch-insistió ella ante su silencio-.

-Sigue conectado a la máquina-sentenció, con un nudo en la garganta, ella inmediatamente abrió los ojos como platos-Joyce y yo no conseguimos traerlo de vuelta, Laurel. Está en coma.

Un escalofrío la recorrió de la nuca a los pies. Agachó la cabeza, agarrándose con fuerza al borde de la camilla sin emitir palabra alguna. El castaño no podía verle bien la cara por los cabellos que la tapaban, pero solo por el movimiento de sus hombros sabía que estaba llorando de rabia.

-¿Es... culpa mía?-soltó entre dientes-¿Está así porque no... No pude aguantar más ahí dentro? ¿Por qué no fui lo suficientemente fuerte?

-Se te paró el corazón-interrumpió ¿"Aguantar más"? ¿Hasta qué punto creías que podías seguir soportando eso?-inquirió- Ibas a morir, Laurel... Ibas a morir ahí dentro si no te sacábamos a la fuerza. Todo el mundo tiene un límite que no debe sobrepasar. Y tú habías llegado al tuyo.

Ella tensó la mandíbula.

-Déjame intentarlo de nuevo... cuando me recupere.

-No puedes volver.-replicó, sus ojos centelleaban y su boca se tornó crispada- No sobrevivirías a una segunda inmersión. Esta vez no- negó con la cabeza- Grita, llora, golpea las paredes. Desahógate como quieras, pero no vuelvas a pedirme que te meta en esa cosa nunca más... porque en cuanto arreglemos esta mierda, voy a arrancar cada una de sus piezas y hacerlas añicos-tomó una buena bocanada y secó su nariz con la manga-Joyce vendrá enseguida a relevarme y Cameron ha estado insistiendo en verte así que, supongo que no tardará en cruzar esa puerta. Intenta descansar.

El chico se puso en pie, dispuesto a dirigirse de nuevo a la sala de operaciones pero ella le sujetó de la muñeca para detenerlo.

-Laurel...

Aleación: Las ruinas del cobre  (Corregida y Editada)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora