CAPÍTULO 10

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—Ayer de madrugada recibí una señal de alarma del programa de cotejo—comentó Archie, sentándose en el borde de una de las mesas con cansancio— Había dos coincidencias con las claves. Jax y yo acordamos no decir nada hasta que Jonathan hubiera vuelto de la Colmena.

—A ver si lo adivino. ¿Blue abrió una de ellas?—ironizó la rubia, Archie asintió levemente y ella terminó por soltar una seca carcajada—.

—¿Quién fue la segunda coincidencia?—preguntó Jonathan—.

—Fui yo.

Todas las miradas se clavaron inmediatamente en Jax.

—No tiene sentido. —negó el albino—¿Por qué la Cúpula se ha tomado tantas molestias solo para que recibamos esto?

—No nos lo manda a nosotros, Jonathan —protestó Zia mirando de forma acusatoria a la muchacha—Se lo manda a ella. Solo a ella.

—No empecemos a imaginarnos cosas...—intervino el moreno—.

—¿Imaginarnos cosas?—inquirió la de pelo corto, acercándose de forma desafiante a Jax— Han torturado, asesinado y utilizado a Reese, para enviarle un mensaje a la persona que tienes al lado, de la cual no sabemos absolutamente nada, por cierto. ¿Qué es lo que se supone que no debo imaginarme, eh? ¿No debo imaginarme que tiene algún tipo de relación con ellos?

—Su tatuaje no es el único que ha abierto una clave y yo no trabajo con Reign ¿verdad?—repuso sin apartar la vista, apenas había espacio entre ambos rostros y parecía que querían atravesarse con la mirada—.

—Aun así, Jax, estarás de acuerdo conmigo en que es muy poco frecuente que una persona que supuestamente no tiene nada que ver con ellos abra una de las tarjetas maestras y reciba algo así después—miró a la cobriza de arriba abajo, que había retrocedido un par de pasos—.

Luego Zia se dirigió a ella.

—¿Por qué te menciona la Cúpula? —escupió apretando la mandíbula, ella solo negó con la cabeza y acto seguido Zia la tomó por el cuello y la arrastró hasta la mesa de atrás, ahora la cobriza estaba tirada bocarriba sobre la superficie— ¿¡POR QUÉ TE MENCIONA!? ¡HABLA!

— ¡ASTOR, BASTA! —Exclamó Jax, Jonathan le cortó el paso, dándole a entender que por el momento no interfiriera—.

— ¡No lo sé! —Gritó la cobriza con rabia, agarrándose a su brazo para aflojar la presión—.

— ¿¡Quién eres realmente!?—Rugió de nuevo la chica—.

— ¡QUÍTAME LAS MANOS DE ENCIMA! —gruñó, pero la chica hizo caso omiso, así que, para deshacerse de su agarre, la golpeó con la cabeza y Zia retrocedió un par de pasos atrás—.

Zia maldijo entre dientes, cubriéndose la nariz y sus ojos grises se clavaron en la cobriza como si fuera el blanco sobre el que iba a descargarse una gran tempestad. Si de por sí ya era intimidante, ahora su expresión era terrorífica.

De nuevo Zia avanzó directa hacia Blue, pero entonces Jax intervino, sujetándole del antebrazo y volviéndola hacia él bruscamente antes de que se acercara más para arremeter.

—Ni se te ocurra. —le advirtió—¿Me oyes? Ni se te ocurra volver a tocarla.

—¿Entonces, qué? ¿Esperamos a que nos atrapen y nos maten uno a uno, solo por ella?—protestó, cínica— ¡Primero Henry, ahora Reese! ¿¡Cuántos más hacen falta, para que te des cuenta de que hay que deshacerse de ella!?

—Escucha.—replicó al notar la negativa de Zia de querer cambiar de parecer— ¡Escúchame bien, maldita sea! —agarrándola de los hombros— ¡Si la Cúpula está tan nerviosa como para hacer eso, para mí es razón más que suficiente para evitar que la encuentren! Tú mejor que nadie debería saber que en las guerras siempre hay víctimas.

Aleación: Las ruinas del cobre  (Corregida y Editada)Where stories live. Discover now