CAPÍTULO 14

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BLUE

Todas las personas que conocía se habían acercado para darme la bienvenida y la enhorabuena cuando el juicio terminó y sin quererlo el refugio se había teñido de un ambiente festivo. Se había hecho una pequeña hoguera y muchos de mis ahora compañeros estaban bailando y cantando a su alrededor, bebiendo un amargo potingue hecho a base de las hierbas y frutos de la propia montaña fermentados, que Mika me dio a probar y que casi no consigo tragarme...

Todo aquello hacía que me sintiera extraña, esa calidez, ese sentimiento de pertenencia, de comunidad, se percibía como algo lejano, pero también agradable y acogedor, o quizá fuera cosa de ese chupito de frutos que ya estaba haciendo efecto. En cualquier caso, independientemente de que el juicio hubiera acabado bien o mal para mí, creo que ellos necesitaban esa fiesta más que cualquier cosa esa noche, y por primera podía ver a los Aleados riendo y disfrutando de todas aquellas cosas que no podían permitirse gracias a la larga sombra de Reign y Stoker.

Los líderes también participaban en la celebración, aunque la mayoría de ellos solo se dedicaban a hablar entre ellos y a beber, a excepción de Archie que era el único que bailaba y había compartido esos mismos bailes con Cameron. ¿Quién lo diría?

—Algunos sí que saben divertirse...—dijo Mika tomando un nuevo trago—.

Pero no vi a Jax, ni siquiera al principio.

Mika intentó animarme a unirme a ellos alrededor de la hoguera, pero me encontraba tan cansada como si el metro me hubiera pasado por encima, así que decidí volver a la tienda, atajando por el camino que también llevaba a la sala de operaciones. Ya empezaba saber orientarme en ese pequeño laberinto.

Caminé hasta el fondo de la sala y me fundí con la oscuridad de los pasillos.

En una de las habitaciones había una luz encendida, y en ella, la chica que se consideraba la enfermera del refugio, Joyce, se encontraba guardando un reciente metálico lleno de agua sanguinolenta y una aguja aparentemente recién usada.

Enseguida se percató de que había un par de ojos observándole.

—¿Buscas a alguien?— las palabras no eran capaz de salir de mi boca ante la imagen de la escena y la repentina contestación de la enfermera—Sí, las vistas no parecen demasiado halagüeñas, ya lo sé. Pero no es tan terrible como parece.

—¿Qué ha pasado aquí?

—Le advertí que no debía hacer movimientos bruscos—suspiró—Pero nunca me escucha.

Ninguna de los dos pronunció su nombre en la conversación pero ambas sabíamos de quien estábamos hablando, o por lo menos Joyce consiguió deducirlo cuando pronuncié mi siguiente pregunta.

—¿Sabes dónde está?

—Dijo que quería estar solo, así que supongo que estará arriba. Pero puedes intentar hablar con él si te urge.

Me desplacé a la zona más alta del refugio, y allí lo encontré, Jax estaba apoyado en un lado de la barandilla, concentrado en lo que tenía en sus manos, totalmente abstraído de la realidad.

—Hola—saludé con un hilo de voz apoyándome en el borde de la gruta, por cómo se giró, supe que había interrumpido sus pensamientos—.

Corría una suave brisa de lo más agradable después del calor que había absorbido abajo.

—Hola.

—¿Qué haces aquí?—aproximándome él —¿No vas a la fiesta?

—Digamos que no soy alguien al que le guste mucho ese tipo de cosas— contestó, pero no guardó el anillo con el que jugaba en ningún momento—.

Aleación: Las ruinas del cobre  (Corregida y Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora