Street Se✗ || HyunSung

Epílogo

Su cuerpo se sentía pesado, la noche anterior había ido de acá para allá con su novio, terminando con ambos uniendo sus cuerpos con pasión. Un brazo se encontraba rodeando su cintura, mientras que otro acariciaba sus cabellos con ternura. El pecho de Hyunjin subía y bajaba con tranquilidad, al igual que el suyo.

Desde hace bastante no hacían su antiguo hobbie, y volver hacerlo les había cansado. Estar a las afueras de un bar, junto con el clima, no les había pegado muy bien.

— Buenos días.— Saludó el castaño con un pequeño beso en su frente. — ¿Cómo dormiste?

El pequeño se removió un poco en su lugar para quedar frente a frente con quien amaba, terminando por depositar sus labios en los contrarios, una acción algo corta pero amorosa.

— Como un bebé.— Respondió con una sonrisa dormida. — ¿Y tú?

— No parabas de patearme — Rio. — Pero te veías muy tierno.

Entre caricias y juegos se habían pasado parte del día, cosa que se había vuelto una costumbre los fines de semana.

Sus padres fueron los primeros en saber que salían, ya que Hwang no aguantó su emoción terminando por contarle a su madre. Ella se encontró de igual manera por la noticia, yendo a contárselo a la señora Han y su esposo.

Durante unos meses no volvieron a saber nada de los Seo, hasta que ambos volvieron a disculparse en casa del pelinegro. La pareja al no tener rencor, los terminaron por perdonar, pero no volvieron a tener la misma amistad que antes.

Todo marchaba sumamente bien, de vez en cuando discutían por idioteces pero nada que se tomaran en serio.

Jisung había dejado poco a poco sus inseguridades, su novio se había encargado de darle todo para que confiara en él. Aún conserva algunas, pero siempre habla con Hyunjin de ese tema.

Respecto al trabajo anterior, el castaño se encargó de comentarle todo, que solo había aceptado ser su camarógrafo para permanecer junto a él. Han no se lo tomó mal, le pareció tierna su actitud del pasado.

De vez en cuando graban pero lo mantienen en una secreta carpeta en la computadora del pelinegro. No dejarían esos hábitos extraños, no cuando era lo que los había hecho pareja.

— Jisung, tengo hambre — Murmuró su novio.

El pequeño rodó los ojos y se dispuso a levantarse de la cama. Tomó una de las remeras de Hwang y salió por la puerta sintiendo su mirada. Sabía que sonreía, le encantaba molestarlo de vez en cuando, era algo mutuo.

Hyunjin se sentía en las nubes, jamás imaginó un futuro tan perfecto. Desde siempre lo amó con locura, y ahora lo podía demostrarlo sin indirectas de por medio.

Los besos y halagos nunca faltaban, era algo que tenía que hacer diariamente. Su novio no se lo había impuesto, solo era un hábito que quedó con el tiempo.

Una vez él en la cocina, decidió levantarse y ponerse unos pantalones de pijama, el de ayer era algo incómodo para usar en la mañana.

Sus pasos se dirigieron hacia su novio quien se encontraba de espaldas preparando las típicas tostadas con mermelada, algo que agregar a su lista de sueños cumplidos. Le dió un abrazo y depositó un tierno beso en su nuca, cosa que a Han le causó cosquillas.

— Ya casi termino, Jinnie — Comentó poniendo todo en el plato — Hago el café y voy contigo a la mesa.

— Yo lo hago, cariño — No le gustaba que hiciera todo solo.

Tomó dos tazas a juego y puso el agua a calentar. Eran un gran dúo en todo lo que se proponían, hasta la más mínima.

El desayuno quedó listo, solo faltaban ellos dos. Seguían besándose sin importar que todo quede frío, lo que les importaba era sentir la calidez del otro.

— Te amo mucho — Soltó el pelinegro sobre sus labios, terminando con un pequeño pico.

— Yo te amo mucho — Igualó el alto con una sonrisa.

Adoraban esas palabras, nunca se cansarán de decirlas. Había sido tanto el tiempo que se habían retenido sus sentimientos que valía la pena recalcar el amor por el otro a cada hora.

Se habían vuelto una pareja muy cariñosa, pero aún así tenían sus momentos como amigos, en donde ambos reían sin parar por las idioteces del otro.

Ya habían aclarado la situación en sus redes, no volvería a subir videos allí, mucho menos con los posibles acosadores que podrían arruinar su relación. Además, ambos tuvieron sus respectivos aumentos en sus oficinas, no necesitaban dinero.

La cámara y todos los objetos que habían sido utilizados en su momento, se encontraban en un baúl lleno de polvo al cual ellos denominaban recuerdos.

Han nunca se arrepentiría de contratar a su mejor amigo como camarógrafo, y Hyunjin nunca se arrepentiría de aceptar tal oficio. Después de todo era lo que los había unido.

Fin

Un poco mucho corto el epílogo, pero tengo un especial para terminar con el fic de una vez (☞ﾟ∀ﾟ)☞