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¿Broma? Fue sincero con lo que dijo, se sentía enamorado. No entendía porqué actuó de esa manera tan animal, todo daba vueltas a su alrededor al ver esa mirada tan gélida. Tenía tantas preguntas en su cabeza, muchas dudas que resolver en ese instante.

— No te puedes enamorar, no puedes.— Gruñó mientras sostenía con fuerza las delicadas muñecas de su amigo. — ¿Por qué ahora? Dios, me quiero matar.

— Hyunjin— Susurró asustado.

Sus piernas temblaban bajo aquella mirada sin brillo alguno, las muñecas empezaron arder ante la precisión en las que eran sujetadas, y sus labios formaban un pequeño puchero lastimero.

— ¿Quién es? — Soltó con fuerza. — Dime quien es que te juro que le romperé la cara.

No te romperías la cara a tí mismo, pensó. Decidió mantener el silencio, además de que sus palabras perfectamente no saldrían de su boca. Aún no sentía con confianza aquél enamoramiento, por lo tanto solo quedaba esperar.

Al no recibir respuesta, con una de sus manos lo tomó bruscamente del rostro para que lo mirara a los ojos, pero los evitaba de igual manera. Sabía perfectamente que estaba siendo inmaduro, pero la situación le estaba afectando a sobremanera. Siempre estuvo enamorado de Jisung, y saber que el corazón de éste le pertenecía a otra persona le dolía. Se había ilusionado por tener algunos roces íntimos con el pequeño, y que ahora venga a decirle que se enamoró de otro era el colmo.

— ¡Responde! — Le gritó con ojos llorosos, pero aún así no había respuesta ni palabras. — ¿Qué te enamoró de él?

El silencio volvió a invadir el ambiente, que de por si ya estaba algo tenso. Hyunjin estaba negando con la cabeza constantemente, estaba teniendo una especie de crisis en su mente. Realmente no podía creer sus palabras.

— No se si de verdad me gusta— Respondió luego de unos minutos.— Es algo muy reciente, ahora estoy sospechando mis sentimientos.

Hwang se quería largar a llorar allí mismo ¿Cómo alguien que había conocido hace poco robó su corazón? No lo entendía, siempre estuvo demostrando lo mucho que le gustaba, pero solo se fijaba en alguien desconocido para él. No quería que Jisung lo dejara de lado, que se casara y adoptara cachorros con el desconocido, no lo soportaría. La imaginación del castaño era asombrosa para crearse escenarios que no existían, más que nada esos que lo ponían de mal humor. 

El pelinegro lo miraba asustado, pues los ojos llorosos del alto no le daban buena espina. Con una mano tomó la nuca del mayor, atrayendo su rostro al suyo. Una acción algo repentina, lo hizo sin pensar, sin saber que hacer en ese momento tan tenso.

— Se que es raro que me esté enamorado, pero son cosas que uno no puede evitar. — Le susurró dándole una tierna mirada, una llena de deseo.

Ni una sola palabra salió de ambas bocas, era todo muy confuso para ambos. Desde aquellos encuentros íntimos que tuvieron, las cosas cambiaron drásticamente, los ambientes se volvían silenciosos por momentos, todo se volvía tenso como ahora. Sensaciones nuevas recorrían los cuerpos, pensamientos llenos de pecados recorrían en sus cabezas, cosas nunca antes imaginadas por el menor.

Volvieron a unir sus bocas como aquél día, sin pensar en nada más. Acciones que no tenían sentido en la conversación que estaban teniendo hace rato. La confusión del castaño pasó a segundo plano, pasando a primero disfrutar de los lindos labios de su amigo.

El dinero dejó de ser importante cuando ellos decidieron no grabar ese día, lo sabían perfectamente. Las ganas de fundirse entre el otro eran mutuas, ya nada importaba, solo eran ellos.

Sus mentes estaban en blanco, sin saber que decir luego de ese beso tan apasionado. Las respiraciones se mezclaban de manera perfecta, queriendo aún más de lo que podían.

— Hazlo de nuevo. — Soltó Jisung, muy ido de la situación. — Bésame de nuevo.

Acató las órdenes sin rechistar, siendo muy dulce al principio. Sus labios encajaban a la perfección, no había imán que se comparase a ellos. Las manos recorrieron sus cuerpos ardientes, quemando nuevamente todo a su paso. Marcas que no volverían a irse, sentimientos encontrados ante todo.

Volvieron a ser adolescentes sin control. 

Sus lenguas se enroscaban como unas serpientes venenosas, dejando sin aire al contrario, separándose y volviendo a unirse una vez que la respiración volvía. Las manos de Hwang capturaban los pequeños botones de su amigo, sacándole diminutos quejidos.

Las dudas de Jisung se fueron al carajo cuando volvió a tenerlo así de nuevo, estaba claro que se había enamorado de Hyunjin.

El calor en los cuerpos, hizo que la ropa de ambos quedara esparcida en todo el comedor. Las manos no se mantenían quietas, solo se dedicaban a tocar lo máximo que podían el cuerpo del otro. La boca de Hwang pasó de sus labios a sus apetitosos pezones, dandole toques eléctricos en su vientre.

Manchas en tonos rojizos lo recorrían desde el cuello al pecho, unas que tardarían un tiempo en irse. Sentía el miembro del castaño frotándose contra el suyo, y él solo podía soltar pequeños balbuceos sin sentido.

— Vamos a la habitación, Jinnie.— Soltó desesperado.

Hyunjin lo llevó en brazos, sin separarse de su boca, dejándolo sin delicadeza sobre la cama una vez que estuvo cerca.

La respiración errática no fue impedimento para que Jisung tomara los dedos del castaño como una dulce paleta, dejando lleno de sus babas los largos de Hwang, abriendo las piernas para recibir lo que tanto anhelaba.

Con delicadeza metió uno de sus dedos en la entrada del pequeño, quien solo movía sus caderas en busca de más contacto.

— M-más, más por favor.— Gimió desesperado, recibiendo otro dedo en su agujero.

El placer que recibía en ese momento era imparable, Hyunjin sentía que se correría con solo verlo tan sumiso ante su toque.

Aceleró más el movimiento de su mano, cosa que hizo que el bajito empezara a temblar y gritar del gusto. Doblaba sus dedos tocando aquél punto que le hacía delirar, haciendo que Jisung dejara sus ojos en blanco por unos instantes. Su rostro estaba sonrojado, bañado en sudor, junto con una tira de saliva que se encontraba saliendo de sus labios.

— Hyunjin.— Susurraba sin control, tomando de las muñecas a Hyunjin para que pare de mover sus dedos. Quería hacerlo, quería unir su cuerpo junto al del alto.

De repente, el castaño paró en seco todas sus acciones, recordando de lo que habían hablado hace rato. Su pecho dolió en demasía, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

— Ésto no está bien. — Sollozó.

Se levantó de la cama en un movimiento rápido, dejando a Jisung confundido. Todo estaba mal, Han gustaba de otra persona, y no sería correcto robarle su primera vez siendo un simple amigo. 



Street Se✗  ||  HyunSungWhere stories live. Discover now