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Su madre había vuelto a la cuidad, dejando la casa solitaria para Jisung. La extrañaría, pero se verían el día de la boda, cosa que esperaba con emoción.

Hace rato quería llamar a Hyunjin, pero sabía que las cosas seguían algo tensas, no de mala manera. Cada día su amigo se volvía más irresistible, dejando crecer su cabello hasta el mentón, cosa que le parecía de lo más hermoso. Pero había un problema, él no sabía si Hwang seguía sintiendo lo mismo. De vez en cuando hablaban, ya no cómo antes pues no tenían algo más para hacer que trabajar en sus respectivos establecimientos.

Jisung suspiró derrotado, el aburrimiento era demasía para su mente. Por su cabeza volvía la idea de volver a su antiguo hobbie, pero tenía en cuenta todos los problemas que había traído ello, acosadores y pedidos de colaboración que obviamente no pasarían. Tenía que acostumbrarse a estar así, a no tener que hacer.

— Maldita sea.— Murmuró para sí mismo.

Las llaves que Hyunjin había dejado el día de su discusión brillaron con intensidad, cosa que Han no dejó pasar. Parecía una especie de indirecta para ir a buscarlo, un mensaje que él llamaría divino.

Sin dar muchos rodeos, fue directo a su habitación para poder elegir algo que ponerse, andar en pijama por esos lugares no parecía algo coherente. Tomó una polera negra y unos pantalones del mismo color, el clima era sumamente frío y no quería terminar con un resfriado.

Tomó las llaves de su casa junto a su celular y billetera, obviamente no haría que su amigo pague. Era un viaje no tan largo, pero tendría que tomarse algún transporte, cosa que no le molestaba si se trataba de ir a buscarlo.

Lo más conveniente era un taxi, así que esperó en una de las esquinas de la cuadra hasta que apareciera uno, no fue mucho tiempo cuando sus ojos vieron un automóvil amarillo con un cartel en la parte superior. Por suerte paró, y más que felíz le dijo a donde se dirigía.

Su corazón latía al encontrarse con calles que conocía, esas que le traían lindos recuerdos de cuando iban almorzar sin preocupación alguna. Una hermosa sonrisa se formó en su rostro mientras el auto se estacionaba en la puerta del edificio. Pagó y le dejó el cambio, de todas formas era lo que menos importaba.

A pasos rápidos se dirigió a la puerta, dispuesto a esperar a Hwang. Su pie se movía impaciente, su mirada iba de acá para allá en busca del castaño cabello largo. Sentía las miradas de la gente que pasaba por el lugar, pero nada le importaba, él solo quería verlo.

— ¿Jisung?— Llamó una voz algo conocida, no de quien esperaba.

— Oh, señor Bang. — Dió una reverencia ante el muchacho. — ¿Qué hace aquí?

— No me digas señor Bang, soy Chan cuando no estás en horario de trabajo.— Rio el alto. — Estaba por arreglar unas cosas con mi esposo, él trabaja aquí ¿Y tú?

— Esperaba a un amigo.— Murmuró con un leve sonrojo. — No sabía que su esposo trabajaba en éste lugar.

Se quedaron hablando un par de minutos, pues Bang tenía un horario específico para visitar a quien tanto quería. Han ahora entendía porqué no se encontraba a ese horario.

— Nos vemos después.— Saludó con un apretón de manos. — Suerte con tu novio.

El pelinegro no dijo nada al respecto, no le disgustaba que piensen que Hyunjin era su novio. Amaba el hecho de que los confundan como tal, hacía que sus esperanzas siguieran a flote.

Después de que su jefe se fuera, siguió esperando un poco más tranquilo, sabía que no habría nada de que preocuparse. Había visto la hora y había llegado un poco más temprano de lo visto, era normal que él no se encontrara saliendo por la puerta.

Street Se✗  ||  HyunSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora