Capítulo 12

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Hablemos.

Maya.

Mirando a ambos lados de las calles voy buscando la dirección que Lana me dejó en un texto al instante y sin dudarlo ni un solo momento después de que se la pidiera.

Una vez lo encuentro me dirijo hacia el edificio y dado que no hay seguridad y la puerta se encuentra abierta entro sin más ,y sigo el camino hacia el ascensor.

Presiono el botón del primer piso y cuando salgo me encuentro con su puerta, que es la primera, la cual se encuentra frente a la salida de este.

Voy a tocar pero algo me detiene, por lo que me quedo quieta pensando...

¿Qué se supone que diga? ¿Y si se enoja porque vine sin invitación? El ni siquiera sabe que yo sé su dirección. ¿Y si...?

No lo pienses más.

Me obligo a mí misma a no ser una cobarde.

Toc, toc.

Segundos de silencio que me hacen dudar cada vez más si devolverme, eso hasta que la voz de Jett se escucha tras la puerta.

-¡Alec te aviso que si vienes con tu discurso moralista...!

-No soy Alec- lo corto y se escucha un suspiro antes de que unos momentos después se abra la puerta.

Un Jett despeinado, como si hubiera estado pasando por su cabello recientemente sus manos, ojeroso y sin remera, con un pantalón gris simple aparece en mi visión.

Su aroma sigue siendo igual de perfecto que siempre.

-¿Qué haces aquí?- pregunta confundido sin sacarme su mirada de mis ojos.

-Lo que siento por ti y pienso de ti no va a cambiar tan fácil aún este enojada- le digo y entro al apartamento sin previo aviso, pasando por debajo de su brazo el cual se encuentra apoyado en uno de los marcos.

Me tomo un instante para examinar el lugar mientras él se gira a verme aún desorientado ante mi presencia.

Es más grande que el mío, y tiene muebles que parecen más valiosos, sin embargo se encuentra bastante más desordenado que el mío. Con algunos almohadones y ropas tiradas por el piso, incluyendo alguna mantas que se encuentran arriba de su mesa, de forma que asumo que solo han sido arrojadas ahí de manera rápida.

-¿Desde cuándo?

Directo al grano.

-No lo sé.

-Todos los demás lo sabían, ¿Cierto?- el asiente lentamente- ¿Y por qué no me lo dijiste a mí? ¿Por qué no me lo dijiste antes?

-No lo sé...

-Jett, no vine hasta aquí para que me contestes todo con un "no lo sé"- le reclamo mirándolo a los ojos pero esta vez me esquiva la mirada, siendo algo no propio de él.

Llevo mis manos hacia su rostro para sujetarlo en un intento de que su mirada vuelva a mí mientras repito la pregunta con mas lentitud.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?

El gesto no parece incomodarlo, aún cuando su visión pasa de mis manos a mis ojos varias veces, el gesto parece conformarlo y ligeramente sorprenderlo.

-Tenía vergüenza- admite por lo bajo.

-¿Vergüenza?- frunzo mi ceño.

Se aleja de mí y se va caminando hasta el sillón frente a nosotros, lo sigo y nos sentamos en el mismo mientras el continua hablando.

Mi Dosis De Inspiración ✓Where stories live. Discover now