Capítulo 15

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Nota: ¡Holaaa! Este capítulo vuelve a centrarse en el presente, espero que lo disfruten mucho y que me cuenten que les parece <333

Comenzando de nuevo.

Maya.

Despierto con los brazos de Jett a mí alrededor y mi cabeza sobre su pecho escuchando los latidos de su corazón.

Me gusta esta forma de empezar el día.

Levanto mi cabeza para mirarlo, se ve tan pacífico, y tan descansado a pesar de que anoche no quería dormir, decía que el efecto de la sustancia que había consumido hace dos días ya había desaparecido y que los síntomas de la abstinencia aparecían como la primera vez haciéndolo sentir mal.

Anoche me mostro su lado más vulnerable, el que nunca había visto y se lo veía aterrado por ello.

Hice todo lo posible para hacerle saber y asegurarle que todo estaría bien.

Pasamos dos horas acostados en su cama, el con la cabeza sobre mis piernas y yo haciéndole caricias en su cabello y rostro hasta que se pudo dormir.

Al principio se despertaba a cada rato, con pesadillas, sudores y malestares hasta que poco a poco su sueño iba durando cada vez un poco más, hasta ahora, que sigue durmiendo mientras aún dado vuelta se las ingenia de alguna manera para que su brazo me rodee la cintura.

Mi panza ruge y duele ante mis ganas de comer, por lo que con sumo cuidado decido salir de la cama en mi mayor intento de no hacer movimientos bruscos que puedan despertarlo.

Voy hacia la cocina y reviso la heladera donde solo encuentro media botella de leche. Me fijo las estanterías y las alacenas y con suerte hay unas galletitas de agua que si bien no alimentan mucho son algo.


Estoy comiendo una de las galletitas cuando unos brazos me rodean la cintura por detrás de la banqueta llevándome un susto que me hace dar un pequeño salto en el lugar ante el gesto repentino.

-Buenos días- dice Jett y me besa la mejilla.

-¿Qué haces aquí? ¡Te deje durmiendo!- me giro a verlo con el ceño fruncido.

-Me desperté cuando saliste de la cama.

-Pero fui cuidadosa.

-No lo suficiente- sonríe.

-¡No puede ser! ¡Lo siento mucho!- hablo apresuradamente explicándome- Tenia hambre pero quería que sigas descansando y...

-No te preocupes, descanse mejor que las demás noches- se encoge de hombros y se sienta en uno de los bancos de la barra de desayuno- ¿Qué hacías?

-Me alimento de la única comida que hay en tu casa, ¿Qué no comes?- extiendo hacia él una galletita nueva del paquete pero la rechaza con un gesto de mano.

-No como mucho últimamente.

-Tienes que comer o te vas a enfermar.

-Estoy bien- dice pero no es cierto, está mucho más delgado y eso no puede ser sano, al menos no bajar de peso tan rápidamente.

-Puedo ir a comprar algo para que comas- señala el paquete vacío donde estaban las galletitas hace unos minutos.

Había solo cuatro y me las comí todas.

-Para que comamos- le aclaro.

-Ya te dije, no tengo hambre.

-Pero tienes que alimentarte.

Me lo quedo mirando al igual que él a mí, hasta que yo soy quien termina ganando y el suspirando antes de asentir con poco, por no decir nada de entusiasmo.

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