Capítulo 1

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El comienzo.

Maya.

La verdad es que la idea de estar en un bar rodeada de desconocidos tomando, bailando, besándose y sudando como si no hubiera un mañana no es muy tentadora.

Sin embargo aquí estoy tomando, bailando y sudando entre desconocidos junto a mi mejor amiga.

-¿Maya por qué nunca que quieres que salgamos así? ¡Es tan divertido!- eleva su tono de voz para que pueda escucharla sobre la música del lugar desprendiendo emoción del mismo.

-¿Será porque siempre terminas dejándome tirada por ahí por algún ligue?

-¡¿QUEEE?!- dice abriendo los ojos de tal manera que temo que se le caigan, si es que eso es posible.

-¡Es lo que haces!

-¡Es que no valoras mi esfuerzo de tratar de conseguir un viejo buenorro con dinero!- señala decidida y yo dejo salir una carcajada de mi interior.

-¿Un sugar daddy?

La idea de imaginarme a Lana enrollándose con un hombre de barba blanca como Santa es ridículamente graciosa.

Aunque los suggar daddies no tienen porque necesariamente ser como Santa... a ver que si le gustan esos no la juzgo.

Me quedo en silencio unos segundos mientras mi mente se llena de imágenes de posibles viejos buenorros.

Mmm... quizá deberías conseguir uno

¿Qué? ¡No!

Pero el diner-

¡No!

¿Te estás dando cuenta de que estás hablando sola con tu cabeza verdad?

Tú cállate.

-¡Exacto!- grita captando mi atención y sacándome de mis pensamientos.

-¡Pero si tú no buscas viejos buenorros, ni siquiera te acostarías con uno!

- ¡Pero si puedo decirle que seré virgen hasta el matrimonio, así cuando nos casemos ¡Pum!- dice estrellando su puño contra su mano abierta- lo enveneno en la noche de bodas y me quedo con toda la fortuna!-asiente bastante orgullosa de su plan.

- Tu de virgen solo tienes la oreja- la señalo en mi y ella reí mientras tomo su mano haciéndola dar una vuelta al ritmo de la música para luego quedarnos saltando con el retumbe en los parlantes hasta que...

Oh, no.

Mala idea tomar tanto y saltar al mismo tiempo.

Siento como se me revuelve el estomago y salgo corriendo entre la gente lo más rápido que puedo buscando el baño del bar a unos metros, el cual cuando llego está ocupado y con una fila más larga que... bueno no importa, no hay tiempo para analogías pero el punto es que es una fila larga; muy larga de hecho.

Contengo el vomito lo más que puedo, intentando esperar detrás de la última persona, pero cuando siento que no puedo seguir controlándolo salgo afuera del club, y al instante me acerco a una maceta a un lado de la puerta comenzando a soltar todo sobre unas plantas.

Pobres plantitas.

La gente que pasa me mira raro y con muecas de disgusto mientras intentan seguir su camino.

Pfff...Como si ellos nunca hubieran vomitado.

Minutos después termino de vaciar mí estomago y me levanto encontrando unos ojos que me miran fijamente.

Que miedo, ¿Siquiera pestañea?

¿Hace mucho tiempo me habrá estado observando?

Nos quedamos mirándonos el uno al otro unos segundos más y la incomodidad no disminuye, al contrario se hace más grande.

Mi Dosis De Inspiración ✓Where stories live. Discover now