Reencarné en la historia que odio (Fanfic Emperatriz Abandonada)

Un mensaje para Aristia.

"¿Es cierto lo que dice Duque?. ¡Qué maravillosa noticia!" -Habló lleno de entusiasmo el Emperador.

"Entonces...al fin llegaron noticias sobre ellos..." -alcancé a pronunciar con las manos en la boca ante la gran sorpresa del comunicado.

"Pero, vamos Duque, ¿qué es lo que dijo aquél hombre?. ¿Cómo están todos en la frontera?. ¿Cómo está mi hijo?. ¿Qué recado ha enviado el príncipe?" -Interrogaba lleno de ímpetu.

"Lamento decepcionarlo en este momento, pero el hombre se encuentra siendo asistido, no ha despertado aún desde que cayó inconsciente en la entrada. Sé que no es el protocolo, pero un médico del palacio lo está examinando para lograr despertarlo cuanto antes. Además, por el momento no sabemos nada, por lo que aún cabe la posibilidad de que aquél campesino esté mintiéndonos para aprovecharse de la situación, incluso podría ser un espía de los enemigos." -Contestó un poco serio el duque mientras se ajustaba sus lentes.

"Ya veo. Supongo que en cuanto tengamos la declaración del sujeto en cuestión, podremos ver cómo actuar. De momento lo recomendable será que hayan guardias custodiándolo también, ya que ante la situación en la que nos encontramos no puedo descartar su punto. Por otro lado, en caso de que sea cierto lo que dice le daremos aviso de inmediato a los delegados de los otros reinos y se efectuará una asamblea de carácter urgente."

"Entendido majestad." -Respondió casi al segundo.

"Y a todo esto, ¿dónde se encuentra la persona?. Me gustaría ir personalmente para conocerlo."

"Lo llevaron a la zona de entrenamiento de los caballeros, allí está siendo asistido."

"Bien. De pie señorita Lilian, iremos con el Duque a buscar al misterioso hombre que se dice venir de parte del príncipe."

"¿Sí?, ¿en este mismo momento?. Es decir, está bien. En seguida majestad."

"Por cierto Duque, ¿este suceso ya se ha hecho conocido por muchos dentro del palacio?"

"No diría que hay muchos enterados. En cuanto los caballeros recogieron al campesino me dieron aviso. Solo ellos y el médico, además de nosotros está al tanto."

"Bien, hasta que no se realice la asamblea, les solicito estricta confidencialidad, no sabemos qué es lo que ha ocurrido y no quiero que haya un caos si los aristócratas comienzan a especular y comentar rumores, además de que no quiero levantar preocupación en caso de que sea un espía y planeen un ataque al palacio."

"¡Qué!, ¿en verdad puede suceder eso, majestad?"

"Por favor señorita Lilian, debe pensar en todas las posibilidades, en un conflicto, se puede esperar cualquier cosa del enemigo, ya nos ha ocurrido en tiempos anteriores que han atacado el palacio, por lo mismo, debe mantenerse tranquila y firme. No es momento para atemorizarse."

"E-entendido majestad."

Nos pusimos de pie y caminamos a paso rápido, cuidando a la vez no mostrarnos tan sospechosos para no levantar la atención de quienes se encontraban en los alrededores. Atravesamos el gran patio de entrenamientos, llegando hasta las casetas donde se supone que descansan los caballeros. Allí, al fondo de todos los cuartos se encontraba uno de los médicos del palacio intentándole dar unas infusiones al hombre que yacía desfallecido en una rebuscada cama, los dos caballeros presentes trataban de tomarlo para que se mantuviese sentado y fuese más fácil hacerle beber del líquido.
De acuerdo al médico, el hombre presentaba serias señales de deshidratación, eso, sumado al largo viaje que tuvo que efectuar hasta llegar al palacio, por lo que el agotamiento era otro factor a superar antes de obtener las respuestas.