Aliados.

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Desde que llegué a Castina no he dormido jamás una siesta, pero el día de hoy, caí rendida ante el cansancio mental que obtuve como consecuencia del desacuerdo con el emperador esta mañana.

Cuando desperté ya era atardecer, al perecer me perdí del almuerzo y el té, sin embargo mi habitación continuaba vacía, y todo intacto, como si jamás hubiese llegado nadie durante las horas que estuve ausente de los alrededores del palacio. 
Cogí una fruta de las que Lien dejaba en la mesa, al centro de la habitación, y salí al balcón a observar los alrededores, por lo visto todo seguía normal, sin embargo, el amargo sentimiento seguía, sólo que ahora tenía la fuerza suficiente como para mantener una lucha por alejar ese negativo pensamiento, claro que me sorprendió la reacción del emperador, pero ya no me quería sentir triste y herida, más bien quería volver a mis sentidos y continuar con mis planes, sólo que ahora debía ser más cautelosa, ya no podía comportarme deliberadamente con quienes consideraba aliados, no eran malas personas en verdad, pero simplemente no podía poner mi confianza al cien por ciento en ellos.

Meditándolo fríamente, el emperador me dio una información importante después de todo, Ruvellis y Jieun fueron invitados a una reunión social en la casa de un aristócrata de la noble facción.
Claramente eso era malo para mis planes, el emperador confía en el criterio de su hijo, sin embargo, dada la situación del príncipe, necesita más que una formación como para no dejar influenciarse por los ideales o las intenciones de aquellos nobles, simplemente todo sería más fácil si lograra codearse con los nobles de la facción imperial, pero con lo desconfiado y rencoroso que es, de seguro no querrá puesto que sabe que ellos formaron a Aristia como la imagen de una emperatriz fría y sin sentimientos como lo fue la anterior emperatriz que jamás le dedicó un afecto maternal, en cambio, la noble facción apoyó a la chica amable y llena de sentimientos que se convertirá en su esposa, por lo que tiene un prejuicio al respecto.

El tiempo continuó su curso y se hizo aún más de tarde, como no tenía noticias de nadie se me ocurrió ir al palacio de Jieun para constatar si habían regresado, además de que tenía que estar al tanto de su experiencia en público. Sin embargo al llegar allá, me topé con la gran sorpresa de que no me permitían el paso.

"Lo siento señorita, pero no tiene permitido ver a Lady Jieun a estas horas."

"¿Pero por qué?, soy su amiga, además de que ella siempre me recibe."

"Lo siento, no importa lo que diga, sólo si Lady Jieun nos da la orden le daremos pase a entrar"

"¡Qué!, esto es ridículo, siempre que he venido me han permitido la entrada"

"Lo sentimos, es una orden del príncipe heredero, él avisó que no quería que se acercara deliberadamente sin el previo consentimiento de Lady Jieun."

"Si es así, ¿acaso no pueden consultarle a ella si me permite la entrada?" 

En ese momento de discusión apareció el director de la servidumbre del palacio de la emperatriz.

"¿Qué sucede?, ¿qué es todo ese escándalo?"

"Señor, la señorita quiere ver a Lady Jieun, sin embargo no quiere entender que no tiene permitido el acceso al palacio"

"Hola señor, usted ya me conoce, sabe que frecuento el palacio de Lady Jieun, sólo quería visitarla para saber sobre su estado."

"Lo siento señorita pero tengo órdenes de no permitirle el paso a menos que con previo aviso de Lady Jieun se le permita la entrada, se acabaron las visitas imprevistas"

"¿Pero cuál es el motivo?. Dese que somos amigas, suelo visitarla y ella me dio su permiso para venir cada vez que quiera."

"Son órdenes de su alteza, el príncipe. Él solicitó que comenzara a moderar su trato hacia la futura emperatriz, por lo que deberá regirse por un protocolo y obedecer el orden que se ha establecido. Gracias por su atención"

Reencarné en la historia que odio (Fanfic Emperatriz Abandonada)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن