Reencarné en la historia que odio (Fanfic Emperatriz Abandonada)

Una "pequeña" discusión entre...¿hermanos?

Sin duda, había sido una mañana llena de sorpresas, aún no procesaba el evento ocurrido, y es que ser nombrada princesa del imperio parecía una locura tal que ni siquiera al paciente más chiflado de un psiquiátrico se le ocurriría...

Después del almuerzo con el emperador, se me ocurrió salir a caminar por los alrededores del palacio central, quería tener un poco de tiempo para asimilar el enigmático evento. Aunque era un tanto inmaduro de mi parte, se me ocurrió que mejor sería correr a contarle el suceso a Aristia o Jieun, sonaba incluso gracioso en mi mente; pero para mi sorpresa antes de que pudiese dar un paso más me encontré con la última persona que esperaba ver.

"....Eh...Sa-saludos alte-teza, sol del impe-..." 

"Ejem" -irrumpiendo el saludo con un leve gesto de toser, continuó.- "Está bien, no exageres con las formalidades."

"Lo siento."

"¿Qué sucede?. Hoy te ves más tímida que de costumbre. " -Dijo en un tono sarcástico.

"No, no es eso. Sólo me tomó por sorpresa verlo repentinamente, mi mente estaba en otros asuntos..."

"Y bien, ¿no dirás nada respecto a lo sucedido esta mañana?"

"¿Eh?. ¿Acaso está molesto por la decisión de su padre?"

"No diría que molesto, más bien un poco confundido. Pero cuando me comentó respecto a este asunto, lo terminé de aceptar."

"Hum vaya,  no esperaba una reacción tan apacible de su parte..."

"¿Qué esperabas realmente?. Mi padre está solo. Aunque me moleste admitir, Lady Monique solía ser su mayor compañía cuando era mi prometida, después de la llegada de Jieun él aún no se acostumbra a tratar con ella y tú, al inmiscuirte por todos lados terminaste por serle más cercana. A mi criterio, me confunde un poco que una completa desconocida se haya ganado el aprecio del emperador, pero por otro lado no puedo oponerme a su decisión. Nada mal para ser una simple plebeya." -Habló en un tono más molesto, lo que me irritó de inmediato al ser tan despectivo.

"Creo que erré mi juicio. Sí está molesto alteza." -Dije con una sonrisa hueca, mientras mi lengua ardía por retribuirle con algún comentario ácido.

"Sólo espero que no tengas malas intenciones, porque aún cuando el emperador te haya adoptado y dado el título de princesa, en cuanto tome el cargo como futuro emperador podré quitártelo y echarte. Una vez que Jieun sea mi esposa, no será necesaria tu ayuda en nuestras vidas." -Dijo en un tono aún más seco.

"Me parece espléndido..."príncipe". Pero para eso aún falta mucho tiempo, así que por el momento tendrá que acostumbrarse a la idea de que seré como una especie de hermana para usted y sería bueno que comenzáramos por darnos un trato más respetuoso, ¿no lo cree?." 

Aquél comentario fue como una chispa que lancé en medio de un pastizal; el fuego se encendió en el joven de cabellos azules y lleno de ira comenzó a gritar. 

"Agh...eso es inconcebible. ¡Insolente!. ¡Soy el príncipe heredero!. Único hijo del emperador de Castina. ¿Con qué osadía te atreves a proclamarte mi hermana?.  Aún con un simple título sigues siendo una plebeya..." 

"Hablas y gritas, pero nada de lo que salga de tu boca puede afectarme querido príncipe. Es cuestión de tiempo y te aseguro que me iré de tu vida antes de que te des cuenta. Créeme que nadie quisiera vivir con alguien tan molesto como tú." -Respondí liberando la molestia que sentía.

"Que desagradable eres, con esa boca no sé como padre pudo considerarte digna para un título tan noble como ser llamada su hija..."

"Si aún con mi irrespetuosa forma de ser, es que he ganado el aprecio del emperador, significa que le soy más agradable que su propio hijo, tanto para darme tal estatus. ¿No te da una idea para pensar?"

En el fondo sabía que no estaba bien; que debía mantener la paz entre ambos si quería evitar que el Duque terminara por ser su mejor aliado... pero aún se me dificultaba soportar su insolencia, de momento era como estar reviviendo a aquél infame príncipe de la novela original, por ende mi desprecio aumentaba..