- Eso mismo pensé yo, por eso te llamé para saber tu opinión...

- Aprovechando que me llamaste, sería bueno que tú y Kazemaru vinieran a mi oficina para dejar listos los últimos detalles antes del sábado ¿Tienen tiempo?

- ... - Endou tuvo que pensarlo un poco, desde que llegaron los niños, su tiempo libre se había reducido muchísimo, sin embargo podían aprovechar las horas en las que ellos estaban en el pre-escolar - Podemos ir en un par de horas, si te parece bien.

- Perfecto, los espero entonces, traten de ser puntuales por favor, y cuídense - Agregó, finalizando la llamada.

Apenas colgó, el castaño subió a las habitaciones de los pequeños para comenzar a ordenarla, pues estos todavía estaban aprendiendo a mantener sus juguetes en los lugares adecuados, la ropa en los cajones y demás, encontrándose con unos dibujos hechos a crayones de Tenma, en el que retrataba la bienvenida del fin de semana.

Una vez terminó con el aseo, se dispuso a darse un baño, mirando de reojo la hora en su celular - Las 08:30... Todavía faltan 20 minutos para que Ichirouta regrese - Por lo que con prisas preparó la bañera y entró, sin embargo no había terminado cuando escuchó el auto llegar.

A Kazemaru no se le hizo tan raro no encontrar a Endou dando vueltas por la casa, quizá había regresado a dormir, era bastante común en el chico de la banda naranja el tomar siestas largas en sus tiempos libres, así que en silencio subió hasta su alcoba, notando como el vapor salía por debajo de la puerta del baño - Mamoru, ya llegué - Anunció a la par que se recostaba en la cama - ¿Tan temprano bañándote?

- Bienvenido - Respondió mientras inhalaba el dulce aroma de sus velas decorativas - Alístate porque iremos a ver a Suzuno, me dijo que sería conveniente, no olvides que dentro de poco será el juicio.

- ¿Tardaremos? Hoy me toca a mí llevar y recoger a los niños, no me gustaría hacerlos esperar...

- No lo creo, en todo caso vas por ellos y yo regreso en taxi - Dijo por fin saliendo del baño, dirigiéndose al armario para comenzar a arreglar - ¿Te parece bien?

- C-claro... - Respondió mientras se reincorporaba en la cama.

Lo cierto era que Kazemaru no quería ir, pues apenas la ira y rencor pasaron, se dio cuenta de que en definitiva lo último que quería era ver a Miyasaka, prefería sacarlo de su vida definitivamente, pero al menos sabía que después del juicio, nunca más tendría que lidiar con el rubio, por lo que bastante desanimado buscó una camisa apropiada.

Fue cuando el teléfono de casa sonó - Yo contesto - Dijo el peliazul, bajando a la primera planta mientras se abotonaba las mangas de su camisa - ¿Diga?

- ¿Kazemaru Ichirouta? - Preguntaron al otro lado de la línea - ¿Se encuentra Kazemaru-san?

- ¿Quién lo busca? - Era raro, se suponía que solo sus conocidos tenían el número de teléfono de su casa, quizá lo mejor sería no revelar su identidad por el momento.

- ¿Ya no me recuerdas, eh? - Dijo la persona desconocida, reconociendo la voz del peliazul - Claro, te entrego mi regalo de bodas con muchos años de anticipación y tienes el descaro de no invitarme a la ceremonia.

- ¡Yamato! - Exclamó sonriente el ojiavellana - Traté de contactarte pero tu secretaria me dijo que eras alguien muy ocupado como para atender asuntos de viejos amigos.

- Sí, me enteré de que trataba mal a personas que ella creía que no era importantes, por eso la tuve que despedir...

- Entiendo... Lamento que no hayas estado presente en mi boda, fue hace algunos meses.

¿Fácil? ¡No! (Completa)Where stories live. Discover now