¿Fácil? ¡No! (Completa)

Café

Endou se encontraba sentado en una cafetería, bebiendo una infusión relajante mientras esperaba a que su mejor amigo hiciera acto de presencia, aunque el vapor de esta le empañara los lentes oscuros que llevaba para ocultar su presencia. Cuando el rubio le decía "Necesitamos hablar, es urgente", era señal de que algo traía entre manos o tenía algún problema, por lo que el estrés sería inevitable.

El goleador de fuego llevaba ya más de una hora de retraso, tiempo en el que ya había arrasado con dos tazas de té y algunos aperitivos para acompañar su "cena", la puntualidad no era la más grande cualidad de su amigo - Debí venir tarde... - Se decía mentalmente el castaño, observando la nieve caer por la ventana, el clima frío era ideal para quedarse en casa y pasar un buen momento bajo de kotatsu junto al peliazul, pero se encontraba solo frente a su tercer muffin de arándanos.

Trataba de pensar en el porque de la citación de Goenji, por el tono de voz que este usó en su llamada telefónica podía deducir que el asunto era realmente urgente, solo esperaba que no fuese nada en el sentido de la negatividad, lo último que necesitaba eran malas noticias y problemas con los que lidiar, su tiempo y atención estaban reservados para el tratamiento de su novio, controlar que tomara sus pastillas, hacer que su hemoglobina subiera, vigilar que no presentara nuevos síntomas o dolencias y tener un registro detallado de toda la terapia que este estaba realizando. Aunque en el fondo, mentalmente estaba agotado, no recordaba cuando había sido la última vez en que se volvió tan sobreprotector, quizá eso solo ocurría cuando veía que el ojiavellana no se encontraba bien.

- ¿Estás pensando? ¿Y ese milagro? - Dijo el rubio, sacándolo del lío mental que estaba teniendo - Lamento la tardanza, tuve que pasar por un lugar antes de venir aquí, pero creo que no tardé tanto - Afirmó quitándose la gorra y dejándola sobre la mesa.

- ¿Dos horas tarde? No que va, fue muy poco eh - Respondió mirando la hora en su antiguo reloj de muñeca - ¿Para qué me has llamado con tanta urgencia?

- Tengo un balón en el coche, así que ten cuidado con como me hablas Endou.

- Hace años dejaron de dolerme tus balonazos, habla de una vez - Afirmó sonriente - ¿Ha pasado algo malo?

- No, es por eso mismo que te llamo, porque no ha pasado nada - Dijo mirándolo con seriedad - ¿Hasta cuando piensas posponer tu boda con Kazemaru?

- Era eso... - Musitó suspirando - Mira, no quiero hablar del tema, por favor, en serio que...

- ¿Por qué? ¿Qué escondes? ¿Crees que no te conozco? No estás posponiendo tu compromiso por estar al pendiente de su recuperación, hay algo más que no quieres decir - Interrumpió - Dilo de una vez antes de que te saque la verdad a las malas, Endou.

- No puedo... Tengo miedo de casarme y quedar viudo... Por más que he tratado el no pensar en eso, es difícil, siempre acabo recordando el tema de su madre, no quiero perderlo, dolería mucho...

- ¿Y qué te hace pensar que te dolerá menos de esta forma? ¡Estúpido! Al contrario, deberías aprovechar el tiempo que tienen.

- No lo entiendes... 

- No Endou, el que no lo entiende eres tú - Afirmó con enojo - ¿Tienes idea de cuánto le duele a él que sigas posponiendo las cosas? ¿Cuánto años van de novios? ¡Salen desde el primer año de secundaria! La posibilidad de que su enfermedad avance y arruine todo es alta, es cierto, pero con más razón aún, deberías valorar el tiempo que tienes a su lado ¿Por qué haces esto? ¿Para tratar de alejarlo de ti para que duela menos?

- ¡Claro que no! Nunca haría algo como eso... Yo lo amo...

- ¡Entonces demuéstralo! - Exclamó en voz baja, buscando en su bolsillo un folleto - Te facilité las cosas, pasé por una agencia encargada de organizar eventos, dijeron que pueden tener todo listo en 2 meses - Entregándole el papel - Anda a tu casa y dile que te quieres casar lo antes posible.