Secuestro

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A las 07:00 am, Kazemaru se encontraba con camisa y corbata en una cafetería tomando desayuno, pues había salido muy temprano de casa de su hermano y no quería despertar a su cuñada ni sobrino, por lo que comería fuera esa mañana.

El chocolate caliente que vendían en Canadá le fascinaba, por lo que decidió que sería la bebida perfecta para comenzar el día, acompañándolo con un croissant de jamón y queso, pero se sentía incómodo a causa del vapor que empañaba sus gafas oscuras, pero estas eran necesarias si quería seguir pasando desapercibido.

Una vez terminó su desayuno, pagó la cuenta y salió del lugar, tomando un taxi que lo llevase a casa de su padre, pero esa fue una pésima idea porque el taxista no entendió absolutamente nada de lo que él trató de decir, dando vueltas hasta que llamó a Haruki para que este fuese quien le diera las indicaciones al chofer.

Cuando estuvo la entrada principal de la casa de su padre sintió como su presión se desplomaba, comenzando a temblar por el nerviosismo y miedo de volver a verlo, pero siguió adelante repitiéndose a sí mismo que era lo correcto.

Lentamente se acercó a la puerta y tocó el timbre, mientras esperaba iba practicando mentalmente el saludo en inglés en caso lo atendiera algún empleado.
Para su mala suerte, así fue, por lo que a duras penas consiguió presentarse, siendo dirigido a la oficina donde el señor se encontraba.

- Con permiso - Dijo tocando y abriendo la puerta, quedándose congelado apenas lo vio - Buenos días, Padre.

- Buen día Ichirouta - Respondió mientras señalaba la silla frente a su escritorio para que el peliazul se sentase - ¿A qué se debe tu visita?

- Quisiera conversar con usted, es urgente.

- Pues comienza de una vez, no pierdas el tiempo, ya te lo he dicho.

- Está bien... - La voz fría y calculadora del rubio le recordaba su niñez, lo que le hizo un nudo en la garganta, por lo que tuvo que tomar aire para calmarse - Iré directo al grano, me voy a casar en aproximadamente 6 meses y quisiera contar con su presencia.

- ¿Y se puede saber con quién te vas a casar? ¿Has cambiado de pareja?

- Usted sabe perfectamente que no. Será con Endou Mamoru.

- Entonces mi respuesta tampoco ha cambiado, no asistiré ni aprobaré que contraigas matrimonio con esa basu...

-No le permito que lo insulte - Interrumpió rápidamente, con un tono de voz tajante - Él durante años ha demostrado ser una magnífica persona, agradecería que por sus prejuicios no lo insulte ni trate mal.

- Dime Ichirouta... ¿Cuánto tiempo más piensas seguir jugando? Deberías tomar en serio tu vida, estudiar algo y unirte a la empresa familiar.

- Yo no estoy jugando ni tomando en broma nada - Afirmó con firmeza - ¿Por qué no puede respetar mis decisiones?

- Porque a causa de eso quedaste en coma ¿Tengo que recordártelo? - Lo miró seriamente - Si hubieras aceptado venir a Canadá apenas terminases tu secundaria, nada de eso habría ocurrido - Dijo apoyando las manos en su escritorio - Serías un gran biólogo, empresario y el orgullo de la familia, pero elegiste quedarte en Japón pateando un balón.

- Elegí volverme futbolista profesional porque fue mi vocación, no podría haber sido feliz siendo biólogo... Y sobre el estado de coma, eso fue un accidente, nadie pudo preverlo.

- Si hubieses estado con nosotros nada de eso hubiese ocurrido, estoy muy decepcionado de ti Ichirouta, retírate porque no tenemos nada más de que hablar.

- ... - Agachó la cabeza - ¿Por qué me odia tanto...?

- Yo no te odio - Afirmó levantándose de su silla y caminando hacia el archivador de documentos - Es más, si cumples con lo que te estoy por pedir, te doy mi palabra de que te trataré como si lo has querido y te apoyaré en todo.

¿Fácil? ¡No! (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora