Jeon Seokjin tiene exactamente cuatro semanas para impedir el compromiso de su hermano menor, condenado a un matrimonio sin amor. La única manera de pararlo es hacer un compromiso mejor, más ventajoso, más lucrativo para la familia Jeon. Es imposibl...
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El Año Nuevo en la casa de los Min se siente extraño. Está lleno, con suficiente comida como para alimentar a un ejército. Gotea riqueza y espíritu festivo y, sin embargo, hay una calidez subyacente que Seokjin no ha experimentado durante años. Le recuerda un Año Nuevo hace muchos años, cuando su madre tuvo una sonrisa brillante y Jungkook estaba aprendiendo a hablar.
Espera que haya tensión. Sabe que no será evidente, pero Jungkook no ha sido agradable con Yoongi, y Mikyung ya ha expresado su preocupación a Seokjin. De alguna manera, todo fluye bien, y para el final del día, Seokjin casi piensa que las familias encajan juntos, que se adaptan con naturalidad.
Seokjin casi no se da cuenta de lo natural que es cuando Yoongi se levanta, bostezando al final de la noche y le murmura que se irá a dormir. Seokjin casi no se da cuenta de que se siente cómodo en la sala, escuchando a Jungkook y la abuela de Yoongi discutir por un juego de mesa, como si hubiera escuchado lo mismo por años. Jungkook perdió la primera ronda y parece determinado a ganar la última de la noche.
Seokjin sonríe cuando escucha a Abuelita riéndose por un movimiento de Jungkook.
—No sabía que querías terminar el juego tan rápido— dice Abuelita. Jungkook hace un repentino sonido.
—No he acabado.
—Hmm.
Seokjin parpadea con el silencio y ve a Jungkook mirar a Abuelita con los ojos abiertos. Puede ver a Abuelita con una sorpresiva sonrisa.
—Por supuesto, pusiste esa ahí— dice Abuelita señalando el tablero. Jungkook baja su pieza a donde ella señala.
—Es obvio, ¿no?
Abuelita ríe suavemente y Jungkook le sonríe.
El pecho de Seokjin se siente cálido. Ellos nunca han tenido mucho afecto por parte de sus abuelos. Es lindo que Jungkook pueda recibir un poco de Abuelita, incluso si solo es temporal.
Frunce con el pensamiento, sacude la cabeza y se levanta. Está pensando cosas inútiles de nuevo.
—Me voy a la cama— dice.
—Bien, buenas noches, hyung— murmura Jungkook, con los ojos enfocados en el tablero.
—Dulces sueños, amor— dice Abuelita, sonriendo dulcemente antes de afilar su mirada hacia Jungkook. —Niño, mira y aprende—. Ella pone una pieza con un fuerte tunk y Jungkook sonríe y hace un sonido.
Seokjin sonríe, toma su taza y camina a la cocina para ponerla en el lavabo. Baja la velocidad cuando se acerca a la cocina y arruga las cejas. Está casi seguro que escuchó la voz de Yoongi.
—Me preocupas.
Seokjin para de golpe fuera de la cocina con la voz de Mikyung, lejana pero aún clara. No tiene razones para sentir que está escuchando a escondidas. Solo debería avanzar y hacerles saber de su presencia. Mueve su pie pero se congela cuando escucha a Mikyung continuar.
