¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
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Dos mitades, un todo.
—¿Y... cómo es él? —preguntó la adolescente curiosa por la declaración que había dado su amada niñera a todo el reino hace unos minutos atrás.
Narad Muni anunció tanto al rey y la reina como a los ciudadanos que, desde el momento de su nacimiento, la princesa (TN) estaba destinada a desposarse con el Dios Shiva. Todo mundo le creyó, pues confiaban profundamente en el don de ver el futuro con el que había sido bendecida la niñera, pareciera que ver ésta realidad era el porqué se le hacía concedido tal poder. Desde ese día, la princesa creció imaginándose a dicho Dios y pensando en cómo sería ser su esposa, hasta que llegó a enamorarse profundamente de él sin siquiera haberlo visto ni una sola vez.
Los años pasaron y finalmente (TN) alcanzó la ideal edad para poder contraer matrimonio. Pocos días después, como si fuese una señal, un par de dioses de menor rango llegaron al palacio donde vivía la princesa y los reyes de la montaña Hamyat, donde el rey les abrió sus puertas permitiéndoles pasar. Sin más dilación, dejaron saber la verdadera intención de su pronta visita; una terrible catástrofe caía sobre el plano terrenal, demonios despiadados rompían el equilibrio en la Tierra que tanto les había costado a los dioses establecer, y el único que podía reestablecerlo era el mismísimo Shiva al ser el Dios de la Destrucción, ya que se consideraba que la destrucción también era creación, por lo que no habría nadie más indicado que él para llevar a cabo el trabajo. Sin embargo, el dios de piel morada se había aislado en las montañas del Himalaya, renunciando a sus deberes como deidad y dejando a la humanidad por su cuenta, estaba decidido a meditar por el resto de sus días. Los demás dioses sabían que era imposible que ellos despertaran a Shiva de su eterno sueño, pues lo único que lograrían sería desencadenar su furia y traer un desastre aún mayor que el que ya experimentaban, además de que podrían ser fácilmente asesinados por el dios de tan corto temperamento. El Dios Brahma iluminó su camino al informarles que la única manera de despertar a Shiva sin desatar su enojo era llevando a la princesa de la montaña Hamyat a él. Ella sería la que se encargaría del Dios de la Destrucción.
El rey se negó rotundamente proclamando que aún era muy joven para casarse, aunque todos los presentes sabían muy bien que su verdadero miedo era la seguridad de su hija, ya que no estaba convencido de si esos dioses serían capaces de protegerla y evitar que sea asesinada por el Señor Shiva en un arranque de ira. (TN) no era un diosa, no tenía ninguna cualidad supernatural que pudiera usar para hacerle frente a aquel Dios en caso de emergencia. Pero debido a que los dioses menores insistieron en que creyera en el plan del Dios Brahma y por el ferviente amor que demostraba la princesa hacia Shiva, el rey no tuvo más opción que aceptar a regañadientes y depositar fe ciega en ellos. Así pues, los dioses y (TN) partieron hacia el Himalaya, donde se encontraba Shiva.
