A salvo

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Capítulo 45

Sesshōmaru

Era una verdadera molestia todo lo que estaba pasando, pero ver a Rin a mi lado, hablando, cantando o simplemente durmiendo como ahora, hacía que todo valiera la pena, yo simplemente haría todo por ella, incluso morir.

Jaken había llegado ya con las grabaciones de las cámaras de seguridad, por suerte había mandado instalar no solo fuera de la casa sino también fuera del fraccionamiento, cualquier persona o auto que pasara por esa parte de la calle, quedaría grabada.

—¿Qué es lo que quiere encontrar en las grabaciones, amo?—    preguntó Jaken sin entender el motivo por el cual le encomendé esta tarea.
—Cuando Rin salió de la casa, un auto gris la venía siguiendo, es probable que llevara días afuera sin que nos diéramos cuenta—   respondí buscando el archivo con la fecha de unos días después de que  la bomba estalló con el escándalo de Sara.

Ambos miramos las grabaciones de la cámara que está en la calle, el auto gris que Rin describió estaba afuera desde hacía tres días, día y noche sin moverse y lo que más me molesta es que yo no me di cuenta.
Ese auto estuvo siempre allí estacionado, nadie salía de él hasta altas horas de la noche solo para estirar las piernas y comprar algo de comer, todo estaba grabado, incluso las placas podían verse perfectamente.

—Tienen que ser esos tipos—    nunca los había visto, no podía reconocerlos, probablemente porque Kirinmaru no estaba utilizando gente que trabaja directamente para él, lo sé, por las múltiples veces que estuve en su casa en algún evento o cuando aparecía en revistas o internet y detrás de él siempre estaban los mismos guardaespaldas.
—¿Cree que esto es obra del señor Asano y su hija?—   cuestionó sin despegar la vista de la pantalla.
—Obviamente, y me doy cuenta que si hubieran querido atacarla hoy lo habrían hecho sin problema, estoy seguro que solo les pidieron vigilar para poder actuar en el momento menos esperado, por suerte el chófer del taxi se dio cuenta—    me disponía a cerrar el archivo que se había grabado hoy, pero antes de hacerlo, algo me hizo retroceder hasta muy temprano en la mañana.
—¿Qué ese no es el auto de su señora madre?—    era cierto, mi madre había estado en mi casa temprano y Rin no me había dicho nada.
—Guarda bien los archivos, antes de irnos quiero que investigues a quién pertenece ese auto—
—Enseguida, Sesshōmaru-sama—

Me quedé pensando en la razón por la que mi madre fue esa mañana a casa. Quería preguntarle a Rin, tal vez me lo contaría pero con lo sucedido no pido pensar en otra cosa.
Estaba fastidiado de tener que leer tantos documentos, quería irme a casa con mi mujer, hacerle el amor y dormir placidam con mi rostro en su pecho, pero aquí estábamos los dos, ella dormida después del tremendo susto que se llevó y de haber sufrido una pesadilla, y yo, lleno de trabajo que parece nadie más es apto de hacer en esta empresa; deberé checar muy bien los empleados que solo están cobrando su sueldo sin hacer nada.
No podía más, tenía que levantarme de esa silla y relajarme un rato además de alimentarnos, no había comido absolutamente nada, me había olvidado de eso como siempre cuando me concentro en el trabajo, seguramente Rin tampoco ha probado bocado en varias horas; salí un momento de la oficina para pedirle a Suyen que nos ordenará algo de comer para después volver adentro sintiendo que la cabeza iba a explotarme. Caminé hasta el sofá donde dormía placidam, me apenaba tener que despertarla, pero era necesario, estaría más calmada y podríamos hablar mejor.

—Rin...—    sacudí levemente su cuerpo para despertarla    —anda, dormilona, despierta—     comenzó a removerse en el sofá, parecía que le costaba trabajo abrir los ojos     —hola, preciosa, ¿dormiste bien?—
—Mmm… si, este sofá es muy cómodo—    la ayudé a sentarse mientras me embelesaba mirando su cara hinchada y su cabello alborotado     —¿terminaste tu trabajo?—
—Aún no, todavía tengo algunos documentos por revisar, además de varios presupuestos que me trajeron hoy. Pero solo estaremos aquí un par de horas más, me llevaré el resto a casa para terminar allá—    ella sonrió con la modorra en el rostro    —he pedido a Suyen que nos consiga algo de comer, supongo que ambos tenemos solamente el desayuno en el estómago—
—No tengo mucha hambre—    respondió encogiéndose de hombros.
—Qué lástima, preciosa porque vas a comer todo lo que traigan, ese bebé tiene que estar bien alimentado—    toque su vientre aun pequeño mientras ella me miraba con esos ojos hermosos.
—Tienes razón, algunas veces me olvidó que llevo otra vida dentro de mí, será porque todavía no me crece la barriga—     rió divertida abrazándome por el cuello y yo agradecí infinitamente verla más tranquila y contenta como siempre.
—Preciosa…—    tenía que preguntarle el motivo por el que Irasue estuvo con ella por la mañana.
—¿Qué sucede?—    cuestionó poniéndose de pie para estirar su pequeño cuerpo.
—¿Para qué fue mi madre esta mañana a la casa?—    parece que no se esperaba que yo me enterara     —si ella te hizo algo yo…—
—No me hizo nada, y yo la llamé, le dije que quería verla, lo que pasó el sábado fue… tal vez tú no lo notaste pero ella se veía asustada y triste, no pude con eso y la llamé para… pedirle una disculpa—     nunca imaginé tal respuesta.
—Rin, tú no tienes porque disculparte con esa mujer...—     respondí con la molestía en ascenso     —...Irasue es mucho mejor actriz que madre, no puedes fiarte de ella—
—¡Sesshōmaru no hables así de tu madre!, los hijos no tenemos derecho de juzgarlos, si la señora Irasue es como es debe ser por alguna razón, todos tenemos un pasado que nos hace las personas que somos ahora—     no comprendía porqué la defendía, porqué la veía como la víctima si mi madre es todo menos eso.
—Cariño… yo quiero llevarme bien con ella, es muy importante para mí porque.es quien te dio la vida y gracias a ella es que ahora estoy contigo y que este bebé crece dentro de mi, tengo mucho agradecerle y, aunque entiendo tu molestía con ella, yo sí quiero sumar miembros a mi familia—    se acercó a mi para abrazarme, era difícil negarle algo cuando me miraba y me acariciaba así.
—Está bien, Rin, pero no me pidas que yo la acepte, hay muchas cosas de por medio que pasaron entre mis padres y yo que no son fáciles de perdonar, y eso sí, no le permitas que comience a aconsejarte ni a querer meterse en nuestras vidas, ya verás como en poco tiempo te arrepientes de confiar en ella—     le advertí a pesar del intento de mirada desafiante que tenía.
—Confía en mí, mi amor, tengo un don para saber en quien confiar y en quien no—

Un seductor enamoradoWhere stories live. Discover now