Un seductor enamorado

La única...

Nota: hola mis queridas lectoras, he de confesarles que no tenía planeado escribir este capítulo sino hasta la semana próxima, he tenido bastante trabajo que hacer y muy poco tiempo para todo. Pero, lo cierto es que no podía dejarlas así, molestas con Sesshōmaru, por eso me di a la tarea de tomarme el día de hoy y escribir lo más que pude.
Y bueno, aquí tienen este capítulo que espero y sea de su agrado. Mil gracias por cierto, por todo su apoyo, son ustedes maravillosas. ❤️❤️❤️❤️❤️

Capítulo 27

Rin

El revuelo que causó no solo la madre de Sesshōmaru sino también la chica que caminaba a paso lento tras ella fue muy notorio. Se detuvieron para saludar a algunos hombres que las rodearon enseguida, más por la señora Irasue que por la rubia pequeña que intentaba a toda costa pasar desapercibida y que, seguramente es Amelie Walsh.

-¿Qué no es la hija del difunto Tom Walsh?- preguntó la señora Zero.
-Sí, es ella, ya es toda una señorita, la dejé de ver hace años, cuando todavía jugaba con muñecas- respondió el hombre pelirrojo.

Fueron instantes solamente los que pude observarla, era inevitable no mirarla pues atraía los ojos de los presentes como un imán; las mujeres también sabemos reconocer la belleza en otras chicas y ahora yo podía reconocer esa misma belleza que Sesshōmaru escudriñaba de arriba a abajo. Fue un trago amargo ver aquello, mi corazón se oprimió dentro de mi pecho, dolió, dolió mucho ver sus ojos que deseaba que solo me vieran a mi, mirando hacia aquella hermosa rubia de ojos occidentales que parecían tener un pedacito de cielo en ellos, aunado al hermoso kimono que, audazmente era casi del mismo tono que ellos.

Cuando al fin pudieron librarse de todos los hombres que pedían a gritos la atención de la madre de Sesshōmaru, ambas mujeres caminaron hasta donde nos encontrábamos...

-Buenas noches- saludó la mujer tan elegante como siempre, con un bellísimo kimono blanco y morado con algunas mariposas estratégicamente puestas para adornar la vestimenta.
-Mi queridisima Irasue- le dijo el padre de Sara -como siempre es un verdadero placer verte- sin importarle la mirada de pocos amigos que sorpresivamente puso el patriarca Taishō, avanzó hasta la bellísima señora y la saludó con un beso en la mano.
-Tú siempre tan galante- respondió mi suegra con una sonrisa que a mi parecer solo intentaba provocar más la molestia de su ex esposo -Buenas noches, Zero, pensé que no asistirías- se dirigió a la mujer de pelo blanco y peinado extraño.
-Casi no lo hago, regresé hace apenas unos días de un espléndido viaje- dijo la mujer.
-Pues qué mal... que no me invitaste a ese viaje- la tensión se sintió enseguida entre ambas mujeres.
-Sí, no sabes cuánto deseé que estuvieras allí- le respondió y pide notar el sarcasmo en sus palabras.
-No te apures, querida, podemos platicar mucho hoy- y sin dejarla contestar nada más, prosiguió saludando a los demás -Hola, linda- me dijo cortésmente -Bueno, quiero presentarles a Amelie Walsh, vino a pasar una temporada a Japón, me imagino que habrán escuchado de su padre que lamentablemente falleció hace algunos meses-
-Si, es una pena, señorita- se dirigió el señor Kirinmaru a la chica rubia -Yo conocí a su padre, era un gran hombre, inteligente, sensible y un maravilloso empresario. Bienvenida a Japón, espero que disfrute su estadía en nuestro país-
-Gra... gracias, señor- respondió con las mejillas completamente rojas y, debido a lo blanco de su piel, el sonrojo se le notó mucho más haciéndola lucir mucho más linda e inocente.
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Sesshōmaru

Sí, era como un bello ángel inocente y puro, que seguramente mi madre trajo con un propósito, lo había sospechado desde días antes cuando me dijo que saldría de viaje después de la fiesta de aniversario pidiéndome que me hiciera cargo del invitado que traería a la fiesta.