XXXIX

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—¡¿Kousuke durmió en tu cama?!

Eran aproximadamente las ocho de la mañana y las hermanas Kyo y Yoo estaban en la casa de los Park, quienes decidieron ayudarlas después de contarles lo sucedido con el apartamento y la intrusa.

Jae y Shin-ae ya habían medio arreglado las cosas, aunque la incertidumbre de la castaña seguía ahí, pero no quería seguir con aquella discusión. Por otro lado, Jae ya había aclarado las cosas con Hansuke y habían prometido no soltar ni una sola palabra más, por el bienestar y la integridad de todos.

Ambas durmieron en la habitación de Maya.

Jae acababa de despertar y Shin-ae ya la estaba bombardeando con preguntas.

—Si lo dices en ese tono suena muy turbio—respondió ella mientras se giraba y volvía a abrazar a su almohada. Estaba realmente cansada—. Además, tú dejaste entrar a tres jovencitos y yo no te he dicho nada.

Shin-ae chilló en forma de queja.

—Realmente no entiendo cómo es que te cae bien, a mi me estresa cada vez que lo veo, siempre tiene cara de culo—opinó la castaña, recordando la cara del anteriormente nombrando.

—No siempre tiene cara de culo—comentó Jae casi que en un balbuceo por el sueño—. Tienes que agarrarle el juego. Si tiene el ceño y los labios fruncidos, es que está incómodo o molesto. Y si solo tiene el ceño fruncido y solo está serio, es que está calmado. Es como un gato—extendió la última palabra casi que en un pequeño canturreo.

—Jamás lo he visto "calmado" —aclaró Shin-ae, tratando de acomodarse mejor en ese incómodo colchón.

Shin-ae quiso decir algo respecto a la forma en que Kousuke miraba a Jae, pero no quiso darle ideas sin argumentos a su amiga.

Pero definitivamente algo traían esos dos.

¿Quién en su sano juicio cuidaba de SU JEFE en su propia habitación?

Exacto, solo la señorita Jae-Kyung Kyo.

—Cambiando de tema—habló Jae mientras se giraba para quedar cara a cara con la menor—. Hay que decirle a la policía, se me hace bastante raro que esa mujer hubiera optado por entrar a la fuerza a la casa en vez de tocar y preguntar por ti como una persona civilizada.

Shin-ae agarró la almohada que Jae había soltado y se la puso en la cara, intentando darle una respuesta.

—Si vuelve a aparecer lo hacemos, pero no nos metamos en problemas, ¿si?—pidió la castaña.

—Si vuelve a aparecer la dejo tres metros bajo tierra antes de que te toque un solo cabello—aclaró Jae antes de levantarse y hacer su rutina de estiramiento, le ayudaba con el estrés y aún no se sentía del todo bien.

Lo que había pasado hace tan solo unas horas había sido muy intenso.

—Quiero que nos mudemos—propuso mientras estiraba sus manos hacia la punta de los pies.

—¡¿Qué?!

—¿Acaso no quieres una mejor casa?—cuestionó Jae mirando a su amiga, quien estaba bastante sorprendida—siempre le he querido comprar una casa a papá, tal vez esta sea la oportunidad. Tengo el dinero, tenemos el dinero.

—Haz lo que quieras con tu dinero, señorita diseñadora de Deuv—Shin-ae se burló mientras alzaba las manos con inocencia.

—Hablo en serio, boba—le tiró una almohada y Shin-ae cayó de nuevo en el colchón—. Hablaré con papá sobre eso, mientras tanto, iré a trabajar.

—¿Y a ver a Kousuke sin camisa otra vez?

—¡SHIN-AE POR ZEUS SANTO!

La castaña soltó una carcajada mientras rodaba en el colchón con iba mano sosteniendo su abdomen. Le había causado mucha gracia la reacción de Jae.

GLAMOUR © [Kousuke Hirahara] 𠅤Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora