Años atrás...Mina sonrió, adoraba pasar sus tardes en compañía de Sana, aunque la mayor estuviera la mayoría de las veces solo estudiando y sin prestarle un gramo de atención, Mina apreciaba que le dejase acompañarla.
No tenía idea alguna de que asignatura se encontraba repasando Sana, a decir verdad nunca había entendido porque siempre su mejor amiga dedicaba al menos dos horas a repasar sus materias. Sana siempre decía que era para tener mejores calificaciones y así no hacer enojar a su padre.
Mina suspiró, sintiendo pena por el padre de Sana, debía ser horrible estar enojado todo el tiempo.
-Satang... -susurró desde la cama de la mayor -Saatang... -canturreó el último llamado
-Miiiiinari... -Respondió la mayor de la misma manera. Mina no podía verla debido a que le estaba dando la espalda, pero podía jurar que tenía una sonrisa en su rostro.
-¿Te has aburrido ya? -preguntó Sana dándose la vuelta -Solo me restan 15 minutos más... -La más chica negó.
-¿Nunca has pensado en qué tal vez tu casa esté embrujada?
La pequeña de apenas 13 años abandonó la cama para acercase a la mayor.
-¿Has visto algo extraño? -Mina negó -Entonces no lo creo, ¿Por qué debería?
-Yo... Yo he querido decirte que tú casa está emburujada.Tú papá siempre está enojado, creo que esa es la razón. -confesó -Y creo que deberías venir a vivir conmigo. Podríamos hacer lo que tú quieras, incluso unirnos al club de estudio. Y... y entonces ya no tendrías razón porque llorar y estudiar tanto cada vez que no sacas calificaciones perfectas.
Mina sentía su corazón latir de manera rápida, jamás había hablado de aquello con Sana y vaya que se sentía bien haberlo hecho.
-Ya no tendrías que estar siempre con tu enojado padre.
Sana sonrió enternecida, levantándose de su silla para sentarse junto a Mina en el suelo. Rodeó los hombros de la menor con su brazo izquierdo y con su mano libre palmeó su cabeza.
-Mina Mina Minari, siempre tan bonita Mina -Canturreó -No te preocupes tanto por eso, soy muy valiente y puedo lidiar con los corajes de mi padre.
-No dudo que lo seas...
Las palabras de la menor fueron interrumpidas por la puerta de la gran casa haciendo eco al ser cerrada.
-¡Minatozaki Sana, ven en este momento!
La voz de su padre le hizo temblar, sin embargo tenía que ser valiente frente a Mina y enfrentarlo como si fuera lo más sencillo del mundo.
-Quédate aquí, volveré después de ver que necesita -Murmuró la mayor, rompiendo el contacto entre ambas al levantarse y salir de la habitación.
Mina trago pesado, sabía que cualquier cosa que pasase entre Sana y su padre no era de su incumbencia, sus padres la habían educado para no ser entrometida y mantenerse al margen en situaciones ajenas. Sin embargo la curiosidad le había ganado, así que siendo lo más sigilosa posible, salió de la habitación y recorrió el pasillo hasta dar con el límite de este, asomando apenas sus ojos por encima el barandal que cubría el resto del pasillo y que dejaba ver la sala principal de la casa.
No podía ver mucho debido a su pequeña estatura, sin embargo aquello no había impedido que viera como la mano de Mitsuki se estampaba contra la mejilla de Sana.
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Daylight •Misana/2na•
FanfictionLa traición puede llegar de muchas maneras y personas; pero sin duda, la más dolorosa para Mina siempre será la que vino de la persona que juro amarla por el resto de sus días. Aún y cuando su "perfecta vida" se ve arruinada, Mina encontrará un ray...