𝙲𝚊𝚙. 10: 𝙺𝚒𝚜𝚜 𝚝𝚑𝚎 𝚐𝚒𝚛𝚕

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Bien dicen comúnmente que el tiempo pasa volando cuando lo disfrutas, y Sana podía dar fe a aquello. Desde que Mina se había mudado junto a ella los meses anteriores habían pasado ante sus ojos como un destello, pero lastimosamente aquello había terminado desde que aclaró consigo misma lo que sentía por Mina. Y no es que hubiera dejado de disfrutar el tiempo junto a ella, al contrario, la confianza entre ambas había aumentado y se llevaban mejor que nunca, pero un sentimiento de tensión y nerviosismo se asentaba en el interior de Saba cada vez que salían solo ellas dos, también durante los últimos días sentía una clase de opresión que para ella era nada más ni menos que un presentimiento, no sabía si malo o bueno pero ahí estaba. También gran parte de que últimamente el tiempo pasaba tortuosamente lento para Sana, era que esperaba con ansias sus vacaciones en Hawaii. A pesar de estar aterrada porque no sabía como sería el viaje para ella y su "cita", ni como aportaría a su plan de saber si mina sentía o no algo por ella, la japonesa no podía negar que también ansiaba el relajante ambiente de la playa para liberar toda la tensión que había acopiado en los últimos meses y semanas. Comenzando por el caso Tzuyu, quien había solicitado su ayuda para que su proposición de matrimonio para momo fuera totalmente perfecta, y si, esa era la razón por la que tzuyu había estado tan distante de momo en las últimas semanas. Después estaba la empresa donde trabajaba, cada día le recordaban que probablemente pronto habría una gerencia disponible y sabía que si quería ser dueña de aquel puesto debía trabajar aún más duro de lo que ya lo hacía. Y finalmente estaba su madre, la cual no había parado de llamar para confirmar si podía contar con sus asistencia en acción de gracias, Sana había evitado tanto aquellas llamadas porque no quería afrontar el berrinche que su madre haría al enterarse que no asistiría debido a sus vacaciones. Claramente en algún momento tendría que hablar con ella, pero vamos, todavía faltaba una semana para aquel suceso y puede que no fuera lo correcto avisar un día antes su inasistencia, pero ¿que otra opción tenía? Seguramente si hablaba con su madre en ese momento los siguientes días estaría inundadas de llamas de parte de sus hermanastros, o peor aún, su padrastro tratando de convencerla en posponer su viaje, cosa que claramente no haría. En ese momento no quería, más bien, no podía tolerar a su familia en aquel momento.

Un sin fin de cosas le esperaban en aquel fin de semana, pero la más importante de todas era la inauguración de la boutique de Chanel, si, aquel proyecto en el que Mina tanto había trabajado durante meses finalmente sería revelado. También contarían con la visita de los padres de Mina, quienes según Sana tenía entendido tendrían que llegar a Nueva York en los próximos días.

Había demasiadas cosas por hacer, tantas que Sana incluso podía llegar a sofocarse de solo pensarlas.

Pero Sana no era la única que pasaba por momentos difíciles, por el otro lado estaba Mina, quien en aquel momento veía su enamoramiento más como maldición que como bendición. No tenía en realidad muchas razones para estar fastidiada por su nuevo amor, en realidad todo se resumía en una simple cosa, y era que cualquier acción, pensamiento y labor siempre terminaba con dirección hacia Sana.  Si compraba café en el supermercado siempre era pensando en cual era el favorito de Sana. Si colocaba el aroma a lavanda en el departamento siempre era para que Sana estuviese más relajada. Y si por alguna razón se le presentaba el tener una cita, ¿adivinen que? ¡La rechazaba para no dejar a Sana sola! (Aunque muy en el fondo también hacia con la esperanza de tener una oportunidad con ella).
Todo aquel asunto le hacía irritar, y aún peor era que se desquitaba con la culpable. La pobre Sana últimamente era de lo más cuidadosa para no llevarse un "regaño" como aquel que se llevó hacia un mes en el restaurante.
Claramente Mina también se recriminaba el desquitarse con Sana por los asuntos que ella misma había creado en su cabeza, pero por alguna razón siempre que veía a la rubia le era imposible no molestarse con ella por involuntariamente quitarle la autonomía que poseía.

Daylight  •Misana/2na•Kde žijí příběhy. Začni objevovat