14. Trampas en la tormenta

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Salí del sótano después de ordenar lo que había quemado en mi momento de aracnofobia. Brandon y Michael me ayudaron mientras Anthony no dejaba de apresurarnos para salir.

Sobre la mesa de la cocina estaban extendidos planos del lugar de nuestra misión. Los analizamos por varios momentos para llevar a cabo el plan de Andrew. Había varias entradas, todas cubiertas por cámaras o guardias de seguridad. Entraríamos por aquella que daba al helipuerto, solo tendríamos que noquear a un par de guardias. Después bajaríamos un piso de la manera más sigilosa posible e iríamos a una oficina que a su vez estaba conectada a una habitación secreta que resguardaba el dispositivo USB con la información que la AAD no deseaba que se divulgara. Sencillo, ¿no?

—La habitación secreta no está en los planos —señaló Brandon.

Todos asentimos. Coloqué mi dedo sobre el pequeño cuadro que representaba a la oficina y chasqueé la lengua.

—Es una oficina grande y no tendremos mucho tiempo para buscar la habitación secreta antes de que las alarmas de seguridad silenciosas se activen —murmuré lo que ya sabíamos—. Son tres muros por revisar y una puerta por vigilar. Somos siete. Uno vigila la puerta mientras el resto nos dividimos para buscar la entrada secreta.

—¿Y quién te declaró líder para tomar este tipo de decisiones? —espetó Anthony.

Bufé y miré al resto del equipo. No tenía ánimos de perder el tiempo peleando con Anthony.

—Tony, hubiéramos pensado en ese mismo plan al llegar ahí —defendió Frederick—. Solo que Camila lo hizo más rápido. Ahora queda decidir quién quedará a cargo de la puerta.

—¿Te refieres a quién quedará en el trabajo más aburrido de todos? —se burló Anthony. —Yo no pienso perderme de la acción.

—Ryan es la opción obvia —dije impacientemente—. Es rápido. Es el nuevo. Es Ryan —pronuncié su nombre más como un insulto que como un cumplido. —A menos que alguien desee el puesto, Ryan lo tomará.

Nadie objetó. Nadie deseaba "perderse la acción" de buscar una puerta escondida.

—Nos turnaremos —declaró Eagle—. La próxima misión alguien más vigilará la puerta. —Dio una palmada al hombro de Ryan, quien no se veía muy entusiasmado con la idea de su trabajo.

Era claro que estaba molesta con Ryan. Ya no solo se trataba de haberme desconocido cuando llegó al equipo, sino de cómo me había pedido una disculpa y había elegido nuevamente el bando de Anthony para hacerme sentir fuera de lugar y de cómo estaba jugando con mis emociones al decirme que no era feliz con Alison. Yo estaba realmente confundida, él me confundía. Lo único que no era confuso en ese momento era que yo estaba enfadada con él, pero el enamoramiento también estaba presente, incluso me atrevía a decir que era lo que provocaba aún más enfado.

—Andrew me dio la fotografía del lugar. —Frederick mostró la vívida imagen del helipuerto del edificio. —Los llevaré en dos vueltas. Aún no puedo contener tanta materia en una sola teletransportación. ¿Quién quiere ir primero?

Me rodeó por la cintura con su brazo, dejando implícito que solo habría oportunidad para otros dos chicos en ese viaje. Brandon colocó una mano en el hombro de Frederick y Ryan lo imitó. Frederick asintió y le echó un último vistazo a la fotografía antes de teletransportarnos a ese mismo lugar.

El viento nos golpeó con fuerza desde lo alto del edificio. El cielo estaba nublado, totalmente gris, sin un asomo de rayos de sol. A lo lejos podía ver el horizonte de montañas, aunque había algo... anormal en ellas. No sabía describirlo, solo tenía la sensación de que no eran montañas comunes. Evité mirar abajo, ya que seguramente sufriría vértigo, pero mi vista panorámica captó más edificios. El lejano sonido de tráfico delataba que estábamos en algún tipo de ciudad grande.

Anormal | 1Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon