3. La Sinfonía

53 11 11
                                    



—De acuerdo, comencemos —anunció Andrew después de aclararse la garganta. Estaba sentado a la cabecera de la mesa ovalada, por lo que todos lo veíamos a la perfección. —Antes que nada, felicidades. Pasaron las pruebas y se ganaron su lugar aquí. Son lo mejor de lo mejor de la Academia de Artes y Defensa. —Sonrió y dio un par de aplausos, como si la pelea entre Anthony y yo no hubiera pasado. —Ya todos me conocen como Andrew White, el profesor de Defensas Naturales, no obstante, lo que la mayoría no sabe es que fui líder de la cuarta generación del EEOPMRPAAD: la Sinfonía.

Hubo un silencio de desconcierto. Anthony se rio por lo bajo.

Este era el asunto: El EEOPMRPAAD era secreto. Obviamente todos conocíamos su existencia y el gran honor que conllevaba ser parte de él, de lo contrario no habríamos hecho las pruebas, el problema era que no sabíamos más allá de eso. ¿Exactamente cuáles eran las misiones? Ni idea. ¿Cómo era su funcionamiento? Ni idea. ¿Dónde estaba la base de operaciones? Ni idea. ¿Cuáles eran las reglas? Ni idea. ¿Quiénes formaron parte de las generaciones anteriores? Algo de idea, pero no la suficiente. Conocíamos nombres legendarios, como Kira Foster o Mathew Cox, aunque no conocíamos sus rostros ni sabíamos quiénes eran en realidad. Todo se debía a la privacidad y seguridad de los integrantes del equipo.

Al ser mi primo, Andrew sí me había dicho sobre la Sinfonía —se le daba mal guardar secretos—. La generación anterior a nosotros había estado formada por cinco integrantes: Andrew, Índigo, Kira, Boston y Russell. Los nombres de Índigo y Boston no eran los verdaderos, habían sido nombres clave para las misiones, sin embargo, se usaron con tanta frecuencia que los adoptaron como si fuesen los originales. Pocos sabían sus nombres reales.

Por supuesto, cuando Andrew mencionó el nombre del Equipo Élite, también me reí pensando que era broma. "Sinfonía" no era un nombre que te hiciera temblar.

—¿La Sinfonía? —se burló Anthony.

Andrew no se lo tomó personal, ya estaba acostumbrado a ese tipo de reacciones.

—¿Sabes lo que es una sinfonía, Anthony? —cuestionó Andrew con arrogancia. —Es una composición musical. Se divide en varios segmentos, cada uno con distintas estructuras y características, y al final resulta en una hermosa melodía. Nosotros funcionábamos así. Éramos distintos, no coincidíamos en absolutamente nada... hasta que un día decidimos establecer una forma de trabajo que nos ayudaría a rendir mejor. Cada cual tenía tareas específicas en las misiones y nos adaptábamos organizadamente dependiendo las circunstancias. —Andrew hablaba con experiencia, no había duda. —Funcionábamos como una sinfonía, por partes, pero al final haciendo un trabajo limpio. Y fuimos tan buenos en lo que hacíamos que la Sinfonía ya no era un nombre que se tomaba a la ligera. Si había una mínima sospecha de que atacaríamos cierto lugar, entonces ponían sus mejores defensas. Con el tiempo tuvimos que ser creativos para infiltrarnos. A la próxima intenta pensar en eso antes de reírte, Anthony. —Miró a Chispas con seriedad.

Anthony levantó sus manos en símbolo de inocencia. Sentí una corriente de electricidad pasar por mi pie, enviando señales de dolor a nervios que ni sabía que existían. Pateé a Anthony por debajo de la mesa, sabiendo que él había sido el culpable de eso. Él tosió para disimular su queja de dolor.

—¿No es algo injusto entonces? —cuestionó Brandon sin expresión alguna. Tenía la voz más grave que cualquier adolescente normal. Por alguna razón, sentí que aquella voz quedaba con su personalidad y con su acento británico. —Es decir, Camila White... Andrew White... todo el mundo sabe que ustedes son familia. No es justo que los lugares en el Equipo Élite se hereden.

Estuve por responder, molesta con la insinuación de que no me había ganado el lugar como correspondía, pero Andrew alzó una mano para tranquilizarme y él tomar la palabra. Me crucé de brazos de mala gana para mantener la boca cerrada.

Anormal | 1Where stories live. Discover now