Capítulo 13 - Última esperanza

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Dos horas pasaron desde el altercado en Shiganshina, desde que cayó el muro de Shiganshina. En el Distrito Trost, sur de la Muralla Rose, ya habían llegado las noticias sobre el ataque de los titanes. Pixis estaba reunido junto a otros líderes, angustiado. No puede ser, ¿cómo ha caído finalmente la muralla después de más de un siglo? No tendrá nada que ver con lo que me comentaste, ¿verdad Erwin?

Dot Pixis se encontraba en su sala del cuartel de Trost, reunido con otros militares de las Tropas de Guarnición, entre ellos Anka y Gustav, escoltas de Pixis.

—Señor Pixis —dijo Anka—. Ha llegado otro barco que transportaba refugiados, ya está aquí.

—Se informó que hay más de 500 personas a bordo —añadió Gustav—. La cuestión es si Shiganshina fue todo lo que perdimos.

—Como haya finalmente caído el Muro María toda la población se verá reducida al interior del Muro Rose —reconoció Pixis—. La situación será terrible.

—Cuesta creer que finalmente pudieron atravesar el Muro de Shiganshina...

—Pronto deberemos informar al centro y esperar órdenes —dijo Pixis—. No podemos manejar una emergencia por nosotros mismos.

Fuera de la sala se oyeron unas pisadas que los alcanzaban, hasta atravesar la sala. Era Rico Brzenska, una recluta de la Guarnición.

—¡Comandante, traigo nuevos informes! ¡La Muralla María no ha caído, pero Shiganshina ha sido arrasada por los titanes! ¡Se rumorea que los titanes que han atacado el muro se tratan de seres humanos!

Toda la sala entró en silencio y se helaron al oír esa última declaración. ¿Cómo que humanos? ¿Qué significaba todo eso? Pixis agrandó sus ojos, y sacudió la cabeza, boquiabierto.

—No puede ser...


Los civiles que abandonaron la ciudad de Shiganshina se dirigieron al interior del Muro María, la compuerta permanecía cerrada. El ejército de las murallas había sufrido múltiples bajas en este ataque a Shiganshina; el agujero de la puerta exterior continuaba abierta pero ya no entraban más titanes, solo quedaban pocos por la zona que algunos soldados se encargaban de eliminarlos. En el cuartel había decenas de heridos siendo atendidos, entre ellos Mikasa. Armin la observaba, preocupado; Mikasa empezó a abrir los ojos.

—Mikasa, ¿cómo te encuentras?

—¿Qué ha pasado? —preguntó ella.

Mikasa no se acordaba de mucho, sufrió un severo golpe.

—Llevas dos horas durmiendo —respondió Armin—. Sufriste un duro impacto en la cabeza.

Mikasa se sobresaltó y miró a su alrededor. Cogió a Armin del cuello.

—¡¿Dónde está Eren?! ¿Realmente se lo llevó aquel titán?

—Ellos se lo llevaron hace dos horas. Tranquilízate, Mikasa.

Mikasa se levantó rápidamente pero sufrió un mareo, y tambaleó. Se puso la mano en su cabeza.

—¿Te duele la cabeza? —preguntó Armin—. No te muevas, tienes algunas heridas.

—Tranquilo, estoy bien.

Mikasa se sentó en el suelo y miró a Armin a los ojos.

—¿Alguien fue tras ellos?

—No... —dijo Armin, aunque le costó.

—¿Por qué?

—Yo también quería ir a por él, pero Connie y el resto tenían razón, fíjate a tu alrededor. —Armin repasó su índice por toda la sala—. Esta batalla ha tenido muchas bajas y muchos heridos, hay muy pocos que estén en condiciones de pelear. Necesitamos a más que puedan participar en una operación.

Shingeki No Kyojin: Sin la Caidaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن