Shingeki No Kyojin: Sin la Caida

Capítulo 10 - La batalla entre ideologías

Kruger empezó a preparar la jeringuilla, introduciendo primero el suero de titán en ella.

—Forma una familia, cásate cuando entres en las murallas.

—¿Qué dices? —preguntó Grisha—. Yo tengo a Dina. Además, perderé los recuerdos de estos momentos cuando me transforme.

—Puede que no, puede que alguien vea esto más adelante. A tu esposa, a tus hijos o a la gente de tu pueblo. Ama a la gente de dentro de las murallas, si no puedes hacerlo, repetiremos la misma historia. Los mismos errores, una y otra vez. Si quieres salvar a Mikasa y a Armin, a todo el mundo, cumple tu misión.

—¿Mikasa? ¿Armin? ¿Quiénes son esos?

—No lo sé. ¿De quién serán estos recuerdos?

Los dos titanes se alzaban en la sala cristalizada, en posición de combate. El titán de Eren la observaba desafiante, únicamente diez metros los separaban. La familia Reiss se escondía varios metros detrás de Frieda, tras unas columnas de un material endurecido. Historia se encontraba fuera de la capilla. Lo tengo muy difícil, pensó Eren. Antes de llegar a Klorva entrené como titán contra Reiner por si llegaba este momento, necesitaba algo de experiencia como titán. Aun así, dudo que pueda ganarla. Intentaré usar todo lo que aprendí de mis tres años en el ciclo. Si quiero la libertad, debo ganar esta batalla.

Eren comenzó a correr hacia Frieda alzando su puño. Antes de asestarle ese brutal golpe, Frieda movió su cabeza tácticamente para evitar ser propinada, esquivando el golpe. A modo de venganza, Frieda aprovechó que Eren se había desestabilizado por errar su golpe y preparó su puño para atizarlo en la cabeza. Acertó de lleno y Eren voló por los aires hasta ser embestido contra una de las columnas, la habitación tembló un poco.

—¡Es imposible que pierdas contra él, tú eres el Fundador! —le estimuló Rod—. Han pasado ocho años desde que lo obtuviste, has obtenido mucha experiencia.

Frieda no parecía querer que Eren recuperará fuerzas, así que aprovechando que todavía estaba un poco aturdido después del golpe, corrió hacia él avecinando el próximo puñetazo. Eren se quedó quieto y justo cuando estaba encima de él, esquivó el golpe sin sudar. Frieda tropezó de la inercia, pero se irguió de nuevo. Ambos volvían a estar frente al otro y comenzaron a encadenar una serie de ataques potentes, pero no fulminantes. 

Poco a poco se iban desgastando los dos titanes, pero Frieda lograba mantenerse más tiempo en pie. Eren decidió cambiar el rumbo del combate y le propinó una patada que la dejó descolocada, retrocediendo unos pasos. Eren aprovechó la confusión y se lanzó sobre ella, y le asestó un duro golpe en la cabeza: Frieda cayó al suelo. Eren se alzó ante ella, observándola desde las alturas; creía que la había vencido. Ha sido más fácil de lo que esperaba, pensó. Tuve suerte de que llegué antes que los de Liberio.

Eren se encorvó y se aproximó a su cuello, para comérsela. Acercó su mano a la cabeza de Frieda para incorporarla, pero ella le atizó una coz en el abdomen. Eren retrocedió un puñado de metros, pero sin tambalear. Frieda se levantó y tomó la iniciativa, encadenó de nuevo varios impactos, pero solo de su bando. Eren se limitó a ir esquivándolos, también porque empezaba a notar la fatiga. Frieda seguía sin ningún tipo de compasión golpeándolo, hasta que en uno de estos logró separar el brazo izquierdo del titán de Eren, haciéndolo rodar hasta toparse con una columna. 

Mierda, ¡mierda! Eren se miró el brazo, el que ya no existía. Frieda no le dejó tiempo para amedrentarse y le asestó un crucial golpe en el cráneo. Eren planeó el área hasta impactar de lleno con otra de las columnas; ese golpe había sido muy diferente al primero que le propinó. Debido a la colisión, la columna se rompió parcialmente y cayeron trozos de ella. Eren estaba entre los escombros, inmóvil. Su rostro había quedado parcialmente desintegrado, se le podían ver algunos dientes, y un ojo verde se había esfumado. Frieda ahora miraba a Eren desde las alturas, no había nada que pudiera ganar al Fundador.