capítulo 22🔪🩸

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Cierro la puerta en un movimiento suave, el gato intenta salir pero lo sostengo con todas mi fuerzas en cuanto veo que dos de ellos entran en el cuarto, el miedo comienza a nublar mi mente. ¿Quienes eran?

Llevo una de mis manos a mi boca para callar un grito al ver como uno de los tipos pasan el filo del cuchillo por la puerta del armario.

—No hay nadie—dice.

—Ella no salió del departamento, tiene que estar metida en algún lado.

Kenai clava sus garras en mi brazo en un intento desesperado de ser libre, cierro los ojos con fuerza y entonces la puerta del placard se abre de par en par.

—Bingo.—dice uno de los hombres mientras me toma del pelo sacándome a la fuerza de mi escondite.

Comienzo a gritar y a pegar patadas con la esperanza de que alguien me oiga pero todo resulta en vano, uno de los hombres me toma de los brazos para inmovilizarme y otro saca un pañuelo blanco de su bolsillo para mojarlo en una botella de líquido transparente.

—¡No! ¡Por favor!—gritó antes de que apoye la tela húmeda sobre mi boca y nariz.

Intento quitarme al hombre de encima mientras me repito a mi misma que no debo respirar lo que sea que tenga el pañuelo, intento mantener la calma pero me es imposible ya que soy un manojo de nervios y miedo. 

Intento aguantar lo mas que puedo pero luego de pocos segundos mis pulmones arden pidiendo oxígeno y el aroma dulce de la tela inunda mis fosas nasales. Comienzo a sentirme mareada, un intenso dolor de cabeza se hace presente y mis ojos se vuelven más pesados.

Escucho que los hombre hablan entre sí pero no logro entender nada de lo que dicen, parpadeo varias veces al escuchar el maullido de dolor del gato e intentó golpearlos pero mis piernas no reaccionan.

Parpadeo una vez más pero la pesadez de mis párpados no me permiten mantenerme consciente.

(...)

Me siento débil e indefensa, despertar estando amarrada de pies a cabeza en una silla mientras tengo a un hombre apuntándome con un arma al pecho no suena muy bien que digamos.

Miro a mi alrededor y mi pánico aumenta en cuanto veo a Penny inconsciente en el suelo.

—Ella está bien—dice con lentitud mientras apuntan con el arma a la rubia.

Mis ojos se empañan al notar que estamos en una pequeña habitación sin ventanas o alguna posible salida, vuelvo mi vista al hombre que tengo enfrente. Lleva un reluciente traje blanco que hace un gran contraste con su piel oscura, su cabello está peinado hacia atrás y una sonrisa de dientes blancos aparece en sus labios.

Resulta ser más intimidante de lo que me gustaría admitir.

—No quiero que creas que esto es algo personal, no— cambia el arma a su otra mano— Veras... Victoria mató a mis dos hijos a sangre fría y sus amigos la encubrieron ¡Encubrieron a una asesina! pero esto no se termina ahí, esto no termina en que son simples cómplices.

Siento mi corazón acelerarse en cuanto acerca el arma hasta mi mejilla.

—Pero creo que eso deberían contártelo ellos... ¡Julio! Llévate a esta—dice refiriéndose a Penny.

—¡No! Ella no se va a ningún lado.—digo mientras intento soltarme.

Un hombre de unos cincuenta años entra en las cuatro paredes y sin decir una palabra toma a Penny de los brazos y la sube en su regazo.

—Por favor.—pido pero es en vano el hombre atraviesa la puerta y se la lleva consigo —¿Qué es lo que quieres hijo de puta?—preguntó sintiendo el enojo recorrer mis venas.

Reina el amor duele (COMPLETA✔️)Where stories live. Discover now