021 | Especial.

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El infierno de los Wolfgang.

Paris Wilhelmine.

Camino pasando por el pasillo, que cada vez va perdiendo la luz, giro a ver hacia todos lados en busca de algo, pero nada, el eco de mis tacos en el suelo empieza a resonar. Las paredes parecen proyectar el ruido de mis zapatos y hacerlo resonar en todo el pasillo, aunque desconozco si estoy en un pasillo ahora.

Paro de caminar al escuchar un grito, frunzo levemente el ceño y miro hacia atrás, Bellamy.

Helena.

El grito de alguien me coloca los pelos de punta, y el nerviosismo me invade aún más. Ya estuve a punto de morir una vez, esto no volverá a pasar. Tengo que casarme con Hakim, crear nuestro reino, tener nuestros hijos, y hacer que Paris ame a Heinz y se casen.

Esto no está bien, colapsare, no tengo pruebas, pero tampoco dudas.

Loukas.

El grito de Bellamy me hace correr hacia la puerta y tratar de abrirla, pero está no cede, maldigo en lo bajo y empiezo a golpearla de nuevo. Mi cuerpo da contra la puerta de madera una y otra vez, mientras trato de mover el pomo y abrirla.

—¡Maldita sea!

Hakim.

Consigo abrir la puerta y salgo al pasillo, todo está oscuro y maldigo en lo bajo, debo de encontrar a Helena, o alguien, y debemos salir de esté infierno lo más antes posible, siento que ya viví esto una vez, pero no es así, es mi primera vez, pero el simple hecho de recordar lo que Heinz me conto, hace que sienta que lo haya vivido en carne propia, Sicilia está demente y los Wolfgang también.

Este es el infierno de los Wolfgang.

Heinz.

Bienvenidos al infierno de los Wolfgang. Un infierno muy real, y ubicado especialmente en Sicilia, Italia.

—Maldita sea, Antonella — pateo una mesa que hay en el pasillo.

Agarro mi celular y enciendo la lampara, miro hacia todos lados y estoy en el último pasillo del tercer nivel, ¿cómo llegue acá? Es el infierno, todo esto está engañado, o sea está hechizado para hacerte perder la cordura.

Bellamy.

—¡Ayuda! — grito, no puedo levantarme, siento algo en el pie, mi celular no está, creo que se ha caído.

No tengo ni idea de donde estoy. Todo está oscuro y muy frío. Mi pie se siente adolorido y estoy por perder la cordura, necesito salir de acá, encontrar a Loukas o alguien. Me voy a volver paranoica.

—¡Ayuda, por favor! — grito de nuevo, pero no hay nada, no hay nadie.

Paris.

Tengo encendida la lampar de mi celular, doblo una esquina y paso a otro pasillo, creo que estoy perdida no hay nada, ¿cómo carajos no encuentro a nadie si la mansión está llena de gente? Esto parece un maldito laberinto.

Un mensaje llega a mi celular, es de Heinz.

Wolfgang.

¿Dónde estás?

Paris.

No lo sé, todo es un maldito pasillo.

Wolfgang.

¿Algo que pueda ayudar?

Miro a mi alrededor, señalando cada parte del pasillo con la luz del celular, todo es pared a los lados, ventanas grandes, un par de mesitas en varios rincones y una alfombra larga roja adorna el suelo. Todo eso se lo describo a Heinz y se lo envío.

No te enamores tarde #1 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora