Prólogo.

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New York, Manhattan, diciembre de 2023.

El aíre helado choca con mi cuerpo, mi cabello negro empieza a moverse hacia atrás, meto mis manos en los bolsillos de mi sudadera y sigo caminando por todo el parque. Mis pasos son lentos, ya que el viento fuerte y frío me impide caminar del todo bien.

Empiezo a sentir pequeñas gotas heladas caer sobre mi cabeza, elevo la vista y miro hacia el obscuro cielo. Esta nevando. Lo que me faltaba, maldición. Tengo que apresurar mi paso, tengo que llegar al apartamento, tengo que llegar allá con ella.

Empiezo a acelerar mi paso, el gran árbol navideño queda frente a mí, el ángel me ve sin ninguna expresión, necesito tal vez un milagro, otra oportunidad, necesito esperanza. Aunque estoy por derrumbarme, quiero pensar y creer que abra un milagro está noche.

Víspera de navidad, nunca pensé en pasar una navidad así. Nunca pensé que mi tiempo iba a llegar tan rápido. Nunca pensé que me iba a meter a una mafia, nunca pensé que... tengo que dejar de reprocharme y llegar al apartamento. Necesito su ayuda más que nada.

Cruzo la calle a pasos rápidos, quedo del lado de la acera y tomo mi camino, empiezo a tratar de caminar un poco, mientras la nieve se cruza con el aire, mi cabello se remueve, y mis ojos tratan de poder visualizar mejor el camino, lo veo.

Me quedo estática, viendo hacia enfrente, dejo de caminar al verlo parado al otro lado de la calle. Solo él; parado frente a mí, con su traje formal negro, su cabello bien peinado hacia atrás, la posición recta y demandante, sus manos a los lados, observándome mientras curva la comisura de su labio.

La cicatriz que tiene en el ojo izquierdo se arruga un poco, al levantar un poco la mejilla. Sus ojos están fijos solamente en mí. No hay nadie más, solo él y yo. Solo la persona que ha estado haciendo de un infierno mi vida desde hace un mes para ser exactos.

—Corre, solo, corre — me digo a mí.

Y sin esperar nada más lo hago. Necesito llegar al apartamento con ella. O tal vez eso sea mala idea, la meteré en problemas, pero ya estoy cerca, solo una calle más, vamos, no te rindas. Trato de voltear a ver atrás, no lo veo, me puedo alegrar de que ya no está, pero sé que es listo.

Siempre tiene un plan. Siempre encuentra la manera de sobresalir, de ganar. Pero está vez, quiero tener esperanza y pensar que no podrá ganar, no esta vez.

—Vamos, ya llegas, solo corre un poco más, amor — escucho su voz en mi cabeza y eso hace que me desoriente un poco, sin embargo, no paro de correr.

Sus facciones vienen a mi mente, su cabello negro lacio suave cruza. Sus labios delgados, sus manos, su cuerpo, sus ojos, sus hermosos ojos negros, los dos agujeros negros los cuales fueron mi perdición hacia la obscuridad absoluta.

Los cuales ahora no me miran, y necesito encontrar la luz en medio de esta obscuridad. Por que así fue, ella me lo advirtió, él me lo advirtió, no te enamores tarde. Ahora es muy tarde.

No te enamores tarde #1 ✔️Onde histórias criam vida. Descubra agora