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—¿Por qué no puedo ir a la fiesta de Wolfgang? —me pregunta Helena algo molesta

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—¿Por qué no puedo ir a la fiesta de Wolfgang? —me pregunta Helena algo molesta.

—Porque acabas de salir del hospital — le digo sin verla — y debes de estar en reposo — me veo por última vez al espejo.

—¿A qué vas a la fiesta? ¿Vas por Wolfgang? —pregunta.

—No, tenemos que arreglar unas cosas — la veo seria.

Mentira, voy por Wolfgang, ¿por qué? no lo sé, pero me han invitado. Aunque quedamos de vernos mañana para ir a mi bodega... pero puedo adelantar la visita.

—No me quiero quedar sola — chilla.

—Y no lo harás, la enfermera se quedará contigo.

—Paris — me ruega.

—Si necesitas algo, llámame, te quiero —le digo antes de salir de su habitación.

—¡Follate a Wolfgang! — grita, haciendo que rodé los ojos.

Al parecer a Hakim le cayó bien Helena, le ha mandado a colocar una enfermera personal, después que la sacamos del hospital por precaución. Insistieron en colocar guardaespaldas afuera de nuestro departamento, pero ella y yo nos negamos.

Por parte no quiero cosas que vengan de ellos, si coloco guardaespaldas será los que yo contrate, los que yo consiga. Suficiente con que los oficiales de New York piensen que soy novia de Wolfgang.

No soy de usar vestido, creo que ya lo había dicho antes, sin embargo, creo que está noche será la excepción. Traigo puesto un vestido rojo algo llamativo –muy llamativo- el cabello suelto un poco ondulado, el maquillaje no es tan pesado, ni tan llamativo, solo mis labios pintados de rojos lo son.

Me adentro al auto, lo enciendo y empiezo a salir del parqueo subterráneo. Subo el volumen de la música mientras conduzco a una velocidad un poco alta. Acelero más cuando llego a la parte desolada de la carretera.

Bajo la velocidad cuando entro a la gran mansión, hay varios autos lujosos alrededor, personas bajando de ellos vestidos elegantemente. Veo a guardaespaldas casi rodeando la entrada. Estaciono el auto un poco lejos de la fuente. Bajo y empiezo a caminar para la puerta principal.

Hay un tipo en la entrada con una Tablet apuntando y verificando nombres, es el recepcionista de la fiesta. Es mi turno y me paro enfrente de ellos.

—Apellido — me pide amablemente.

—Wilhelmine — contesto de igual forma.

Él pasea sus ojos por la Tablet mientras desliza el dedo hacia abajo.

—Bienvenida — me regala una sonrisa y se la devuelvo.

Otro tipo algo alto y bien grande quita una cinta roja y me cede el paso. Él ambiente es tranquilo, música un poco movida, todo iluminado, hay un par de meseros caminando alrededor con bandejas en mano, que contienen comida o una copa.

No te enamores tarde #1 ✔️Where stories live. Discover now