KARASUNO FIGHT!: Los Cuervos En La Playa

18. La invitación

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❈ ALERTA MINI LEMON ❈

—Ahh~ mierda... Tōru... no te atrevas a parar.— gritaba Iwaizumi mientras se encontraba en una postura comprometedora, con el rostro hacia la cama y las caderas levantadas.

Oikawa disfrutaba mucho de aquel momento, ambos estaban en un constante vaivén el cual solo aumentaba en velocidad. La cama temblaba y chocaba contra la pared, mientras que la habitación se llenaba de quejidos y sonidos fuertes, los cuales eran creados por el choque de las caderas de Oikawa con la parte posterior de Iwa.

La pareja incrementó aún más el movimiento, al inicio, el encuentro fue suave y sin mucha prisa. Sin embargo, estos chicos tenían deseos contenidos y surgió en ellos un lado bastante lujurioso y atrevido. Dando como resultado un encuentro bastante pasional, con un poco de fuerza de por medio.

Mientras Iwaizumi imploraba a su pareja que sea más constante en su ritmo, Oikawa lograba inmovilizarlo, tomando sus manos con fuerza y brindándole algunas nalgadas suaves en el trasero.

Los sonidos aumentaron, los gritos ahogados con besos también podían escucharse. Pronto, Iwaizumi llegó al clímax mientras Oikawa iba lentamente bajando la velocidad y retirándose cuidadosamente. Finalmente, ambos cayeron en la cama exhaustos. Como si de instinto se tratara, ambos se buscaron para acercarse y acurrucarse al descansar.

—Entonces... ¿no ibas a caer tan fácil eh?— murmuraba suavemente Oikawa mientras abrazaba a Iwa. —Para la próxima, podemos intentar contigo arriba.— Las cejas de Oikawa se movían de arriba hacia bajo de forma sugestiva.

—Ca-Cállate. Te aprovechaste de un momento de debilidad, que bajo haz caído.— le contestó Iwa mientras se sonrojaba y apartaba un poco de él.

—Espera.— Oikawa tomó la mano de Iwa para hacerlo volver a la cama. — No quiero que creas que esto es solo de una noche. Yo te quiero Iwa-chan, más de lo que tú te imaginas. Siempre has estado a mi lado apoyándome, corrigiéndome y esas cosas. Y sé que a veces soy muy despistado pero tengo claro lo que quiero. Y te quiero a ti.— Oikawa soltó su mano con delicadeza para colocarla en la mejilla de Iwaizumi.

Iwa se quedó estupefacto, luego apoyó su rostro en la mano de Oikawa mientras no dejaba de sonreír. Volvió a acomodarse en el pecho del colocador y se pusieron a hablar un poco más.

—Ahora entiendo por qué me diste aquel pelotazo en la cara cuando estaba recibiendo regalos de mis fans.

—Te lo merecías, Tontokawa. A decir verdad... el regalo que te hice, mi bufanda... no te gustó ¿no es cierto?

—¿La azul? Bromeas, ¿verdad? La uso siempre al salir, me gustó mucho. Es un poco vergonzoso pero, tiene un poco de tu aroma en ella, por eso la llevaba conmigo cada vez que debía salir a la calle. 

—Ya... ya veo. Creí que la habías odiado o algo... es que la pusiste con los demás regalos, como si no fuera nada...

—Acaso... Noooo, ¿acaso Iwa-chan sintió celos?