𝗆 𝖺 𝖽 𝖾 𝗅 𝗒 𝗇

𝐯 𝐢 𝐧 𝐠 𝐭 - 𝐞 𝐭 - 𝐮 𝐧

〄

    LUCA VOLTURI ESTABA CAMINANDO alrededor del castillo cuando olió una esencia divina. Sus ojos se abrieron en grande cuando notó que era la esencia de su compañero. Él había estado esperando por un largo tiempo por el/ella y él esperaba que lo aceptaran. Él comenzó a caminar hacia la sala de tronos, de donde provenía la esencia. Se quedó detrás de un pilar cerca de las puertas, donde aún podía escuchar lo que estaba sucediendo dentro.

"¿Han decidido?" Una voz aterciopelada habló.

    El vampiro sonaba muerto, lo cual era irónico. Hacía que el corazón de Luca doliera cuando notó que era su compañero.

"Fue un debate intrigante. No conseguimos muchos vampiros suicidas" El maestro Aro explicó, con su tono infantil.

"Patético" El maestro Caius murmuró. Luca casi podía sentir al rubio rodar sus ojos. ¿Vampiros suicidas? ¿Su compañero quería suicidarse?.

"Me temo que tu poder es muy valuable como para destruirlo. Pero si estás infeliz con tu aquelarre, puedes unírtenos. Estaríamos encantados de utilizar tus habilidades" Lucas quería gruñir ante aquello. Nadie utilizaría a su compañero.

"Así que no terminaran esto" Edward no sentía nada. Era como si estuviera sintiendo un dolor de cabeza.

    Él no podía oír ningún pensamiento pero el zumbido de los sonidos de las mentes alrededor suyo. La idea de no ser capaz de ver a Bella nunca más lo hería. Él no podía vivir sin ella, sin el sonido de su sangre correr a través de sus venas y su latiente corazón. Desde que probó su sangre en el estudio de ballet, él quería clavar sus dientes en ella otra vez.

"No sin una causa" Marcus susurró, pero todos lo oyeron claramente.

    Luca estaba agradecido de que los reyes no destruyeran a su compañero, ¿Pero qué tan profundo termina en esa situación de angustia? La única manera de que un vampiro sufriera lo suficiente como para terminar con su vida es dañar a su compañero. ¿Qué si él no era el compañero de ese hombre?¿Qué si el compañero de Luca no reciprocaba el vínculo? Las puertas se abrieron y un hombre de cabello cobrizo salió de la sala, pareciendo estar en dolor.