- Goenji...

- Si no vas a decir que lo harás, cierra la boca. Ya tuve suficiente de tus miedos Endou - La mirada del goleador era sincera, pues él era de esos amigos que te dicen las cosas de manera directa aunque doliera - Ojalá que el destino no quiera llevárselo, ruego a cualquier Dios que exista para que se recupere, pero si nos deja y no te has casado con él, te aseguro que te arrepentirás tu vida entera por haber sido un cobarde que se dejó dominar por el miedo de quedarse solo - Vio como el castaño trató de decir algo - Ya te dije, si no vas a decir que lo harás, mejor no digas nada.

- Lo haré... Tienes razón, no sé en que estaba pensando - Afirmó apretando el folleto - Confío en que se va a recuperar y tendremos una larga vida de casados, gracias por hacerme abrir los ojos Goenji.

Tras ese pequeño debate, una sonrisa leve por fin se dejaba ver en el rostro del rubio, quien estaba satisfecho con los resultados de la junta, aunque en el fondo también tuviera miedo de ver partir a uno de sus mejores amigos. 

Cuando estuvo de camino a la agencia que organiza eventos, trató de ponerse en el lugar del castaño de la banda naranja, debía ser duro saber que la persona que más amas está en riesgo y no puedes hacer casi nada por ayudarla, si fuera su caso, seguramente estaría aterrado con la posibilidad de perder a Fubuki, pero por el inmenso amor que le tenía es que no desperdiciaría ni un solo segundo a su lado, con suerte, su amigo entendió el punto.

- Leí en el periódico que la renovación en la asociación deportiva es inminente ¿Sabes algo al respecto?

- Ni lo menciones, estoy realmente estresado con ese asunto... Mejor hablemos de tu boda ¿Te parece?

- Estás siendo evasivo con el tema ¿Tan mal están las cosas?

- Mira cabeza de guanábano, ya te dije que vine esta reunión fue llevada a cabo para hablar sobre tu compromiso, no de mi trabajo.

- A veces eres un idiota ¿lo sabías? Eres demasiado obvio cuando algo te preocupa, o quizá yo te conozco lo suficiente como para darme cuenta, pero no vas a llegar a nada si rechazas la ayuda de los demás.

- Endou, te lo contaré en su momento, ahora no por favor - Pidió suspirando, haciendo que el castaño entendiera que lo que sea que le sucediese, era duro, por lo que sin insistir más aceptó - Bueno, dime ¿Puedo secuestrar a Kazemaru en su boda?

- No, primero porque acabaría tomando más de la cuenta y segundo, esto no es Alemania, busca otra tradición.

Ambos se quedaron un par de horas más sentados en aquella cafetería, conversando sobre planes a futuro y preocupaciones del hogar que tenían, una buena plática a solas podía extenderse mucho, por lo que el portero bebió lentamente su té para evitar que los retiraran del local por no estar consumiendo.

Aproximadamente a las 10:30 pm se despidieron y se pusieron en rumbo hacia sus respectivos hogares, donde sus parejas los esperaban, aunque probablemente el rubio tendría que hacer méritos para conseguir suavizar la reacción del albino, había prometido llegar a casa antes de las 08:00 pm para ayudarlo en la misión de enseñarle al pequeño Yukimura a escribir su nombre, como comportarse en la escuela y demás, debido a que faltaban pocas semanas para que comenzara a asistir al pre-escolar.

El goleador de fuego abrió con sigilo la puerta de su casa, asomando la cabeza para ver la ubicación exacta de su esposo, al no poder encontrarlo, respiró aliviado y se apresuró en ir hacia el segundo piso, si había salido podía decir alguna mentira blanca como que llevaba un buen rato esperándolo.

- ¿GOENJI SHUUYA? ¿ESTAS SON HORAS DE LLEGAR? - Preguntó con seriedad, teniendo los brazos cruzados y estando recostado en el borde de la puerta de la cocina.

¿Fácil? ¡No! (Completa)Where stories live. Discover now