Damas Chinas

912 57 18
                                    

-Así que... ¿por dónde quieres iniciar?- Michele pregunta a mi lado. Ambos sentados en medio de la cama como dos adolescentes inseguros del siguiente paso en su primera noche de intimidad.

-¿Que te parece un poco de preliminares?- él cambia de posición. Recostándose a mi lado con el vientre apoyado en la cama y el rostro en sus codos. Siento mis orejas calentarse gracias al tequila y su cara de picardía me calienta otras cosas. Nos estamos quedando prácticamente solos así que susurro sólo para nosotros -Podemos recrear lo que hicimos anoche.

-¿Recrear?- repite, sus cejas alzándose en claro interés y yo me muerdo el labio. -Me falla la memoria en este momento- finge demencia -¿Qué hicimos primero?- hago ademán de pensar demasiado aún cuando mi mente sólo pueda rememorar lo ocurrido hace horas en nuestra habitación. Me inclino a su oído, cubriendo mi boca con mi mano delante de la cámara para evitar espías.

-Me empujaste en la cama, hacia el borde y luego tu boca estaba por todas partes mientras estabas arrodillado a mis pies.- le recuerdo. El pensamiento causándome más calor en los lugares justos y siento un ligero y familiar tirón en mi vientre.

-Interesante.- afirma serio -Creo que me gusta más éste libreto que el de Tomasz.- sonríe. Todos sus prefectos dientes a la vista. -¿Qué siguió después?

-Tu boca estaba en mi. Me torturaste con tu lengua por encima de mis bragas de encaje- comienzo a pensar que es el tequila a sacar éste lado atrevido y sucio de mi ante las cámaras pero está funcionando para olvidarme de lo que pasa alrededor y de la pesadez en el aire por culpa de Lipinska.

-Creo que me está regresando la memoria.

-¿Ah si? Entonces recuerdas que me debes un par nuevos luego de haberlas roto.- le entrecierro los ojos de manera acusadora y se ríe abiertamente.

-Estaban obstaculizando mi camino.- se encoge de hombros -Saltaremos ese paso para evitarnos problemas con vestuario.- es mi turno de reír -¿Qué hice después?

-Me besaste, me probé en tu boca y luego comenzaste a irritarme- lo recuerdo jugueteando con su miembro en mis pliegues resbaladizos mientras su boca estaba torturando mis pezones y se negaba a terminar con la tortura de provocarme hasta rogar.

-¿Ah si?

-Ajam. Anoche tenías ganas de hacerme rogar.- me había dejado en las puertas de un orgasmo increíble con su lengua, haciéndome lloriquear como niña pequeña que pide dulces.

-¿Quieres que Massimo haga eso hoy?- niego con la cabeza, estudiando su reacción. Lo ultimo que necesitaba en este momento era sentirme frustrada por no tener un orgasmo en pantalla.

-Creo que daría el mensaje equivocado. Se supone que no pueden aguantarse más las ganas que se tienen.

-No lo culpo por no poder resistirse a semejante espectáculo.- él hace un gesto, como englobando toda mi persona. Sus ojos se suavizan de pícaros a dulces ante eso y tengo que contener las ganas locas que me entran de besarlo. -Entonces... ¿Estas segura de esto?...- Magda de maquillaje entra para retocar mi cabello de playa secado al natural y quitar el brillo de sudor de mi nariz y frente así que Micky disimula nuestra conversación -...¿De recrear nuestra noche jugando damas chinas?- bufo una risita por eso. Dándole las gracias a Magda y aprovechando para regresarle los vasos vacíos de shot y la bata de seda volviéndome a cubrir con la tela de la cama.

-Si, mientras más rápido lo hagamos más rápido terminaremos con esto.

-Cualquiera que te escuche creerá que estas apunto de hacer la escena con uno de tus tíos de sesenta años.- mi cara se desfigura en una de horror absoluto haciéndolo estallar de risa mientras a mi me recorre un escalofrío de asco ante la imagen que reproduce mi cabeza.

Behind the scene 365DNIWhere stories live. Discover now