Sun, el ser más energético, inalcanzable, buena gente, siempre queriendo ayudar, con una intensidad inigualable que a más de a uno dejaría sin aliento si intentaran llevarle el paso. ¿Cómo un ser así pasaba por alto la desaparición de uno de sus amigos durante más de una década?

Luego estaba Cloud. El más poderoso, el más fuerte, aquel que no se doblegaba ante nada, sino que hacía que los demás lo hicieran. Siempre seguía las reglas y cuando algo lo molestaba o quebraban una regla, llegaría y daría una golpiza sin igual. ¿Dónde demonios estaba cuando uno de los suyos había desaparecido y dejado sus responsabilidades al aire por más de una década?

Y Sky, ¿en dónde dejaban a Sky?, el dulce y amable Sky, que no le gustaba pelear y era el mediador entre todos los grandes monstruos antes nombrados. Sky, quien había dejado todo por razones egoístas, sin decir nada...

Si eran familia, no lo parecían. Era cada quien, por su lado, incluso luego de dar con Sky. La cosa había cambiado cuando ellos se metieron, y aun así...

- No son diferentes a nosotros Giotto. – Asari no tenía ninguna sonrisa, su vista fija en los seres que nadie creería que no eran humanos. – Cometen errores, y son inmortales, una década es como un pestañeo. – Eso no lo hacía mejor, solo un poco más entendible.

- Tsunayoshi dijo más de una vez que era innecesario, y mira: se cumplió. – Solo que no en la forma en la que esperaba, Demon. – No lo necesitan para funcionar, cada quien puede perfectamente hacer su trabajo sin nadie que les diga nada. – Ese era el punto de Sky, siempre fue el punto de Sky.

- Tsunayoshi nunca comprendió que su trabajo no es decirles que y que no hacer. – Nunca lo fue, pero ya que eso fue lo que se le dio a entender y Tsunayoshi no es esa clase de persona. – No lo necesitan, no de esa forma. Tsunayoshi está allí por otra razón.

Y la razón era obvia para los 7. Podían verla desde allí, en los seres que le tenían la vista encima a Sky. Lo habían visto desde que llego Takeshi. En todas las ocasiones que le habían tratado de llegar a Tsunayoshi solo para que este les negara, les tirara la cruda verdad en la cara, o los ignorara.

- Papá no va a querer irse. – No quería, estaba feliz con ellos, con los animales, con la atención que estaba recibiendo que no creyó que fuera a volver a recibir. Y con razón.

El problema era que ninguno de los otros se iría, así como así, no teniendo a Sky tan cerca. Tsunayoshi no pertenecía con ellos, estaba perturbando el orden de las cosas y no lo notaba. No era nada horrible, pero a largo plazo... Ya había consecuencias de su presencia en todo el mundo. No era que deseaban que se fuera, pero...

- Siempre puede visitar, ¿no? – Lo más seguro era que no, pero ninguno quería pensar en eso.

Por un tiempo Sky no iba a ser dejado por su cuenta. ¿Pero luego de eso?

- Nada cambiara si no aprenden a ser amigos. – Amigos de verdad al menos.

Con Sky no podían estar cada quien aparte. Eso solo llevaría a una repetición de lo que estaban viviendo, de que Sky volviera a bajar al mundo humano y se perdiera entre ellos, buscando compañía, buscando algo que no debería de tener la necesidad de buscar.

- Creo que estarán bien. – Asari comento, volviendo a sonreír, observando a Rain acercarse a Cloud y a Sky. Tenía una gallina en sus manos.

Takeshi había cambiado con Sky. Con los animales más bien. Era extraño, fue como de la noche a la mañana, pero Takeshi ahora cuidaba a los animales, o trataba de hacerlo, como Sky. Claro que el objetivo era obvio, en especial cuando era capaz de verse justo como ahora.

- ¿Que vas a hacer con una gallina? – Hayato tenía una buena idea, y no creía que fuera buena. Tsunayoshi necesitaba su sueño, había pasado toda la noche siendo perseguido por Kyoya y Ryohei.

Alguien que no quería pelear, perseguido por dos lunáticos. Uno queriendo enseñar, y el otro queriendo una pelea. Kyoya creía que peleando aprendería, y a la final eso se volvió una pelea amistosa que Tsunayoshi no logro evitar. No es que fuera ayudado, tenía que aprender y Kyoya no lo iba a dejar en paz de ahora en adelante. Era lo malo de ganarle a uno de los seres que más amaban pelear y casi nunca habían sido derrotados.

- ¡Takeshi! – Fue el chillido indignado que despertó a Kyoya, quien procedió a casi dejar sin cabeza al culpable.

La gallina, la inocente y linda gallina, solo hizo más ruido cerca de los oídos de Tsunayoshi. Si no estaba despierto antes, pues ahora sí que lo estaba.

- Ryohei se va en unos minutos, Tsunayoshi. – Esto, por supuesto, corto el malhumor de los dos hombres que habían sido bruscamente despertados. – Debemos irnos. – Afirmo Takeshi, finalmente diciendo directamente lo que nadie había querido hacer.

A diferencia de lo que se pensó, Tsunayoshi no vio nada de malo con ello. La razón era como una bofetada:

- Más bien se han tardado. – Tsunayoshi no veía que se estaban refiriendo a él también. – Saludan a los demás por mí, ¿sí? – Y tenía la gracia de sonreírles como si nada pasara.

- ¿No piensas volver? – Se iba a ganar un chichón de a gratis. Y ellos un enfrentamiento de seguro.

- No hace falta que vuelva. – La gallina fue tomada y acariciada, sin ningún problema en ser tomada por Tsunayoshi. – Han estado perfectamente bien sin mí por los últimos dos siglos, creo que pueden estarlo por un par de décadas más...

- ¿Siglos? - ¿Acababa de decir siglos? – Tsunayoshi, por favor dime que no llevas siglos fuera de tu lugar... - Eso, no importa cómo se viera, era más que un golpe de orgullo.

- Solo unas dos décadas. – Era un alivio oír décadas y no siglos. – No he hecho nada en dos siglos, no hago mucha falta allá arriba.

Oírle decir eso al cielo mismo era extremadamente erróneo. Era como un ave que no quería ser un ave. ¿Y el cielo mismo?

- Ma Ma, sabes que eso no es cierto-

- ¿Cuándo fue la última vez que necesitaste de mí? – La pregunta salió sin filo, pero callo de inmediato a Takeshi y al resto. – Aparte de pedirles que dejen de pelear, ¿cuándo fue la última vez que necesitaron de mí?

Técnicamente, si excluían todas las veces en lo único que tuvo que hacer fue hablar... nunca.

- Pueden irse. – Agrego ante la falta de respuesta, dándole la espalda y desapareciendo del sitio con: - Siempre dijeron que no les hacía falta un superior, perdón por tardar siglos en darme cuenta de lo obvio.

Eso... eso no era la forma en la que querían que fuera la conversación...

Sky's MayhemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora