CAPITULO 44

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Miradas...

Oh! esa mirada, tan dulce, delicada, tan tierna, suave, como estrella, nacida en una noche separada, la calidez de mi sombra tiene tu cara, la voz de mi alma, sabe cómo te llamas. Es una de esas que provocan sonrisas, es una de esas que provocan canciones, es una de esas que provocan historias y es una de esas que provocan silencios, de las que durante un momento se miran a los ojos, pero nadie retira la mirada, porque saben que se están diciendo muchas cosas aunque nadie dice nada.

Silencios que gritan, miradas que hablan, de esas que acarician, de esas que abrazan.

Aquí estoy amor, por si el mundo tiembla y me quedo sin decirte adiós, porque tu presencia es tan fugaz como lo seré yo, pero tengo en mis recuerdos una colección de tus miradas, desde la más tímida hasta esa que me diste entre pequeños gestos sonriendo.

Esa que me diste guiñando el ojo como si se tratara de ocultarnos un secreto que nadie más puede saber, esa mirada tan fugaz que me diste diciendo en silencios que te ibas cuando yo ya lo había notado, la razón había dejado muy en claro que te dejara ir, pero el corazón gritaba que no.

Esa mirada, tan repentina, tan ajena, tan llena de secretos y tan vacía por dentro, dejando por la mente espacios en blanco, buscando un contrato para no amarnos, siendo testigo de que la mía declaró culpable a esa mirada, por tu delicadeza, por tu postura, por tu andar, por tus labios, por eso que piden, por eso que dicen, por eso que anhelan, por eso que sabemos.

No me cabe en la cabeza perderte de vista por mucho tiempo, no tenerte se me hace una eternidad, me parece tan injusto dejar de apreciar tu mirada.







HOLA 2021Where stories live. Discover now