CAPITULO 40

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Salvaje y dulce, fuego y agua, tal vez un poco tarde nuestros sueños se unieron, en lo alto o en el fondo, arriba como ramas que un mismo viento mueve, recibí tu beso.

Cruzo mis manos calientes sobre el mundo, sobre la gratitud a salvo del olvido, pienso en todas las manos, las que abrieron ventanas en los muros, las que cortan el cuero que nos calza, qué son? que pueden solas?, te dedico el mañana, con esta tremenda melodía del viento y los pajarillos al cantar, con las olas del mar, con el sonido de aquél hermoso instrumental.

Voy sin frenos para mostrarte este día, que veas una flor, que sientas alegría, quiero mostrarte que eres un museo lleno de arte, que siempre y cada mañana, lucirás radiante.

Te dedico el mañana con una canción, con un café, ese que nunca tomo, pero que te lo regalo con tanto amor y cariño, te pienso y voy dejando al paso suspiros, agonizo con tu mirada influyente y me dejas en los vuelos sin sintonía y rápidos latidos que, van fluyendo como un río, la naturaleza de ello es irse sin destino.

Vuelo alto hacia el camino que nos toca emprender, voy soñando que algún día te podré tener, te dedico el mañana con flores en ellas, con estrellas por las noches y serenatas sinceras, te dejo con el sol que guiará tu andar, con la bella sintonía que harán tu y el mar, tus pómulos tan lejos de estar cerca de los míos, pronto estarán nadando en un río de amor contínuo.


HOLA 2021Where stories live. Discover now