CAPITULO 2

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Porque los días ya no son lo mismo, porque las olas ya no gritan y el viento se ha detenido, porque soy sal aquí, pero puedo ser azúcar allá, soy tierna aquí, pero puedo ser fría al final, no ves esta oscuridad en mí? no hay nada bueno en mí, las personas a mi al rededor se han encargado de vaciarme, de vaciar todo lo que había en mí, todo lo bueno que quedaba de mí.

Me culpan, me juzgan, me insultan y soy una presa con partes escondidas en esta habitación, me culpo y me juzgo, porque creo que si el mundo lo hace, está bien que lo pueda hacer yo, busco lo que otros ven mal en mí y es allí donde quiero recostar mi costado y quedarme a dormir, no me defiendo, acepto lo inepto, la incredulidad me debilita, no me esfuerzo por levantar mi voz y decir... ya basta!!!

El fuego consume mi alma desbastada y entiendo que no soy yo quien deba crear otra batalla, si me pierdo, me incendio, si eso pasa no quedaría nada por completo, el bosque ya está bastante quemado, los lobos no pisan por allí ni existe un nuevo olfato para ellos.

 Las aves en el cielo están cegadas, no pueden notar lo poco que es su visión, pero saben que han perdido su libertad, que el viento ya no las guía y que la tierra es su verdadera compañía, me parece inaceptable que el mundo esté tan distorsionado, qué culpa tenemos los inocentes?

Nunca rompas este silencio si no es para mejorarlo, si te atreves serás castigado/a, el fuego en mí ya ha hecho sus estragos, sus strike han sido anotados en la palma de mi mano, ahora soy pertenencia de ellos, un juguete inmóvil que es utilizado a base de forcejeos, un títere manipulado, el amuleto de mi suerte dejó de existir, el mundo lo ha roto.



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